«El estallido de alegría y estar en una nube, se multiplicó»

A.D
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La almanseña Ana Rubio es la flamante ganadora del Goya a los Mejores efectos especiales, por Akelarre, de Pablo Agüero. La especialista en Efectos visuales, comentó a La Tribuna de Albacete sus sensaciones ante este reconocimiento.

Ana Rubio.

La almanseña Ana Rubio es la flamante ganadora del Goya a los Mejores efectos especiales, por Akelarre, de Pablo Agüero. La especialista en Efectos visuales, comentó a La Tribuna de Albacete sus sensaciones ante este reconocimiento. 

¿Lleva mucho tiempo en Madrid?

Desde 2003. Estudié primero una Ingeniería en Valencia, pero sabía que lo quería hacer era cine y cuando acabe, fui a la Escuela de Cine de Madrid, a ECAM, porque si quieres hacer cine, el sitio es Madrid y empecé a trabajar muy pronto.  

¿Por qué se decidió por los efectos especiales?

Es algo a lo que vas llegando. En la Escuela entré en la especialidad de Montaje, me formé y trabajé como montadora en cine y televisión. Lo que yo quería era contar historias, pero me llamaba más el mundo de la posproducción y para mí, montar es un poco, construir de nuevo el guión con imágenes que han rodado otros. Me fui especializando hacia la parte más técnica del montaje y, poco a poco, entrando en el mundo de los efectos visuales.  

¿Cómo llegó el proyecto de esta película, Akelarre?

Las cabezas visibles de Twin Pines somos Juanma Nogales y yo, que fundamos la empresa buscando una forma de hacer las cosas, como queríamos. Ya conocíamos al productor de Akelarre, Koldo Zuazua, que estudió en la Escuela de Cine, y al final ese es un mundo al que llega gente de toda España, con una ilusión común, y se construyen amistades y lazos muy fuertes. Koldo Zuazua es una de las personas con la que coincidió Juanma Nogales y decidió apostar por nosotros ya con Cuerpo de elite, Zipi y Zape, muchas, también con Akelarre.  

Una película donde los efectos tienen un peso importante. 

En Akelarre teníamos que construir mundos que no existían y que no podíamos rodar. El plano final es completamente diseñado, que se podía contar de 1.000 formas, pero esta es la que encontró el director, Pablo Agüero, junto con nosotros, que permitía contar la historia optimizando los recursos y dándole un sentido a la historia que él tenía en la cabeza. 

La nominación une a la persona de efectos físicos, Mariano García Marty, con la persona de efectos digitales, que soy yo. Aparte de recrear todos esos mundos, nos apoyamos en el trabajo que hace Drama, la empresa de Mariano,  para todos esos fuegos reforzarlos, para recreaciones en 3D y fundamentalmente el trabajo es para generar los entornos, apoyar el aquelarre y sobre todo diseñar con Pablo Agüero el plano final para que pueda rodarse, optimizando los recursos.  

¿Muy complicado?

Es un trabajo muy bonito y luego, si te rodeas del equipo adecuado, es un gusto. En este caso, trabajar con Koldo y Guada, fue muy sencillo y luego, con Pablo Agüero, igual. 

No fue su primera nominación. ¿En este caso lo esperaba?

Fue total. No me lo esperaba y no tenía discurso preparado. Por la tarde me fui a dar una vuelta y hablé con Juanma, que me dijo que preparase algo. Bueno, era la cuarta nominación y no me lo había llevado nunca. Ya el año pasado estábamos nominados por Mientras dure la guerra, con un trabajo de efectos espectacular. Entonces, como no esperaba el premio, el estallido de alegría y la sensación de no creérmelo y estar feliz, en una nube, se multiplicó por 200.  

¿Cambiará todo con este Goya?

Creo que, al final, los premios son reconocimientos que sirven para el equipo, para que todos tengamos más ilusión, pero ese trabajo hay que demostrarlo cada día. Al final, tenemos una trayectoria de más de 12 años y la gente confía en nosotros, pero no por algo puntual como un premio, por ese trabajo del día a día. Creo que los premios alimentan más la ilusión de los que trabajamos, son un reconocimiento al esfuerzo, pero, para general más trabajo, está el día a día, para que la gente se vaya de Twin Pines y esté contenta con los efectos y con el camino recorrido juntos, quiera volver. 

Cada vez tienen más peso los efectos en el cine español. 

Un cambio de la noche al día. Abrimos Twin Pines en 2008 y en ese época una película de efectos podría tener 40 planos; ahora no bajan de 700, 800 y cada vez más complejos. La evolución en España es espectacular y las series han ayudado mucho a hacer industria, hay mucho trabajo.