El periodista albacetense Juan López Córcoles acaba de publicar El Riazorazo. Memorias de una gesta casi imposible. El autor comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de esta obra.

¿Su primera obra?

Así es, aunque he escrito muchos artículos, pero es mi primer libro.

¿Un libro deportivo?

El Riazorazo es un libro deportivo, con toques autobiográficos y bastante humor. 

¿Por qué ese título?

Riazorazo es la palabra que mejor define la gesta del Alba. Suena un poco con la sorna del Centenariazo que hizo del Deportivo en el campo del Madrid, en la Copa del Rey, cuando le ganó la final, por devolverle al Deportivo ese adjetivo y mucha gente denominó así la gesta del Alba y para publicar un libro es la palabra que mejor lo define.  

¿Cómo estructuró la obra?

Es difícil ver la separación, pero pivota sobre tres perspectivas. Una es la del periodista, porque estuve allí con Juanma Sevilla, con Radio Albacete, comentando el partido; otra es la del aficionado, ya que muchas veces, en la prensa local, en la radio, cuando cubres un evento así es difícil marcar la separación y, la tercera, es la del niño que se enamora del Alba y hay mucho de recuerdos que evocan ese momento. 

¿Cómo vivió esos días?

Mi relación con el Alba, como explico en el libro, no tiene nada de especial porque soy uno de esos niños que fue arrollado por el Queso Mecánico y caímos en el fenómeno fan de forma irrevocable. Yo, que soy del 85, mis recuerdos son más de ese Queso Mecánico tardío, de Víctor Espárrago, no tanto el de Benito Floro, y recuerdo mucho esos años en Primera División, en los que el Alba peleaba por evitar el descenso. En el libro están muy marcados todos esos recuerdos.  

¿Un texto periodístico?

Sí, creo que es un texto periodístico. Lo que narro en el libro son 14 días, desde que el Alba pierde contra Costa Brava en casa, y se ve abocado a jugar contra el Deportivo de la Coruña. Además, voy trufando la historia de recuerdos y anécdotas que también pasan en ese viaje a Coruña. 

Es un partido que me hubiese gustado disfrutar como aficionado, porque el fútbol, como más se disfruta es en la grada, pero Juanma Sevilla me ofreció comentarlo con él y fue una oportunidad, porque vivir algo así, desde la cabina de prensa, lo valoras.  

¿Esos 14 días tenían interés para hacer un libro?

El tema es que, al volver, hay dos o tres días que duermo mal, tenía mucha energía por el ascenso que habíamos vivido, de esa explosión en el minuto 112 y me puse a escribir desaforadamente, contando la historia desde el día del Costa Brava, un punto muy decadente, hasta llegar a lo más alto.  

¿A quién va dirigido?

Piensas sobre todo en seguidores del Alba y, desde luego, en los que no pudieron ir. Me encontré con mucha gente que después me llamó para preguntarme qué había pasado, cómo había sido y luego, creo que es un punto de inflexión en la historia del Albacete, un momento de catarsis, porque venimos de 10 años en los que todo es así, estamos instalados en la bipolaridad más absoluta y cuando ves que a la calle salen a celebrarlo 30.000 personas, algo ha pasado. El libro, que está muy documentado, se lee muy rápido y es para todos los públicos.   

¿Qué pasó?

En cierto modo, esa explosión creo que es una reconexión.  El Albacete Balompié tiene una oportunidad muy buena para enganchar ahora a niños y chavales. 

¿Lo presentará?

Me gustaría presentarlo en Feria, en el estand del Alba. En principio, parece que va bien la cosa.