Javier López-Galiacho

Javier López-Galiacho


Manuel de Diego

22/03/2022

El pasado domingo, la Iglesia española celebró el día del Seminario. Y aunque los obispos nos invitaron en esta jornada a «mirar a nuestros seminarios sin añoranza de tiempos pasados», ello no impide cierta nostalgia de lo que fue nuestro Seminario de Albacete, cerrado como tal desde 2005 por falta de vocaciones suficientes para ocupar este colosal edificio inaugurado en 1956. En su impresionante salón de actos asistí a varios acontecimientos. En su entonces extenso campo de fútbol jugamos, y hasta arbitramos, varios partidos. Hace unos años acompañé al presidente de la ACdP, Carlos Romero, y al entonces obispo de Albacete, el recordado don Ciriaco, en una visita a sus instalaciones, por si al CEU pudiera interesarle abrir allí un centro educativo. Aquel día saludé allí a un sacerdote al que siempre he admirado como es don Manuel de Diego. Este sacerdote burgalés ha sido un puntal de la obra misionera de la diócesis de Albacete. Más de 10 años de entrega en la misión diocesana de Safané (Burkina Fasso), para regresar a Albacete y prestar muchos y buenos servicios pastorales en Hellín, Madrigueras o en la parroquia de la Purísima. Manuel de Diego, además, ha escrito mucho y bien en los periódicos de Albacete, como ahora en éste de La Tribuna o en su día en la recordada La Verdad. Su forma de escribir, clara, sencilla, directa, me recuerda al estilo del padre José Luis Martín Descalzo. Aquel cura de pueblo que llegó al corazón de muchos lectores con sus libros y con sus columnas dominicales en el diario ABC. Leer hoy al padre Manuel de Diego, como nos ocurría en su día con Martín Descalzo, nos abre a la esperanza, porque cada palabra suya está escrita con tinta de Dios, dándonos razones para vivir, argumentos para amar, incluso, hasta razones para la enfermedad. Tenía ganas de dedicarle una columna a este buen cura, don Manuel de Diego, que cuenta con una parroquia fiel de lectores, entre los que me encuentro. He sabido por sus compañeros que se recupera de una operación de cadera en la casa sacerdotal de Albacete. Ojalá regrese pronto a este diario. Lo echamos en falta.