Óscar Dejuán

Óscar Dejuán


Libertad y fisco

30/11/2020

El Gobierno (PSOE-UP) con sus aliados separatistas y comunistas se ha confabulado para obligar a la Comunidad de Madrid a reactivar el impuesto sobre el patrimonio y sucesiones. Renunciando al cobro del impuesto, arguyen, Madrid compite deslealmente con el resto de comunidades autónomas. La noticia nos suministra un buen caso de estudio para confrontar el intervencionismo y el liberalismo. También para constatar el vuelco de las instituciones. El Parlamento nació para controlar el “poder impositivo” del Estado. Vemos ahora como algunos pretenden utilizarlo para obligar a los gobiernos subcentrales a aumentar gastos e impuestos.
Aclararemos, para empezar, que este tipo de impuestos difícilmente puede utilizarse como cebo para atraer empresas. En nuestro mundo, el impuesto patrimonio-sucesiones o no existe o representa una proporción exigua de la recaudación fiscal. Además, no recae sobre las sociedades sino sobre las personas físicas.
El éxito de la economía madrileña habrá que explicarlo por otros motivos. Tras largos siglos de letargo económico, como capital de un estado intervencionista, Madrid logró despegar cuando tuvo la oportunidad de dar cuerda a la iniciativa privada. Una acertada combinación entre iniciativa privada y pública ha redundado en mejores y más baratos servicios públicos, incluyendo la educación y la sanidad. El crecimiento de la renta, a su vez, ha permitido reducir la presión fiscal estimulando el trabajo, el ahorro y la inversión.
Algún lector objetará que el modelo madrileño ha alentado la corrupción política. No le falta razón. Solo matizaré que la corrupción política está directamente relacionada con los recursos fiscales que los políticos manejan discrecionalmente y con el tiempo que permanecen en el poder. Otra razón de peso para defender el liberalismo frente al intervencionismo. www.oscardejuan.blogspot.com.es