"Aprecu se involucra mucho en la defensa de la protección"

Ana Martínez
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La directora general de Asuntos Europeos de Castilla-La Mancha, la albacetense Virginia Marco, asegura que la aprobación definitiva de la IGP para el sector artesanal "no se prolongará muchos meses"

Virgina Marco Cárcel, a las puertas del Museo Municipal de la Cuchillería de Albacete. - Foto: Rubén Serrallé

Llegó a la Unión Europea y se encontró sobre la mesa la demanda de la Asociación Provincial de Empresarios de Cuchillería y Afines (Aprecu) para proteger a este producto tradicional, histórico, artesanal y cultural de la competencia de los mercados chinos. Virginia Marco Cárcel (Akbacete, 1987) se tomó tan en serio esta añeja reivindicación que el pasado año fue nombrada Cuchillera del Año por Aprecu. Hace poco más de 15 días, la Comisión Europea dio luz verde a la propuesta de crear la Indicación Geográfica Protegida (IGP) para productos artesanales con historia, entre los que se incluye la cuchillería. Un hito histórico en el que Virginia Marco ha tenido mucho que ver.

Uno de los asuntos que se encuentra cuando llega a la Dirección General de Asuntos Europeos es una añeja demanda de la Asociación Provincial de Empresarios de Cuchillería y Afines para que la Unión Europea proteja el sector cuchillero, a través de la fórmula del made in… o de una indicación geográfica protegida. ¿Ha significado un reto personal conseguir que se acepte la propuesta por el hecho de ser de Albacete?

La cuchillería de Albacete ha sido uno de los sectores de toda Europa que más se ha involucrado en la defensa de una protección europea para los productos artesanales. Ha sido fundamental ir de la mano con ellos, porque son quienes mejor conocen las preocupaciones y reivindicaciones del sector artesanal. La espada y el damasquinado de Toledo, los encajes de Almagro, los mimbres de Cuenca y Priego, el oficio de Lagartera, el calzado de Fuensalida… Nos encantaría, y ese será el siguiente paso, pelear porque todos los productos artesanales castellano-manchegos de origen territorial puedan estar incluidos en esa IGP. Es una vieja reivindicación que en 2015, cuando Emiliano García-Page se convierte en presidente, la establece como gran prioridad. Y todos nos lo tomado en serio, porque cuesta mucho que la Comisión tome una determinada decisión sobre una normativa. Hemos asumido la carga de la prueba y lo que hemos hecho desde entonces es mantener multitud de reuniones con las personas responsables de la Comisión Europea, que iban a ser competentes de esta propuesta para hacerles llegar nuestras reivindicaciones. También ha sido fundamental reunirnos con regiones que no estaban muy de acuerdo para asegurarnos de que, al menos, no se van a oponer a que se apruebe esta indicación.

¿Cuándo será una realidad?

A partir de que la propuesta de creación están lanzada continúa el proceso legislativo europeo, en el que el Parlamento y el Consejo debatirán y llevarán a cabo la aprobación final de este reglamento, que será de aplicación directa a los Estados miembros. Ahora trabajaremos para asegurarnos de que el contenido sea el que consideramos más adecuado y de que la burocracia y los costes sean mínimos para que artesanos y micropymes tengan un acceso real a esta protección. Sabemos que todavía tardará algunos meses. Confiamos en que nos vayan informando, parece ser que hay bastante predisposición a su aprobación, lo que nos hace pensar que no se prolongará muchos meses. De hecho, otra de nuestras reivindicaciones es que tarde lo menos posible.

¿Ha sido su reto más difícil?

Probablemente, por la repercusión que tiene. Desde el Gobierno de Castilla-La Mancha creemos firmemente en esta Indicación Geográfica Protegida, pero también sabíamos que era muy complicada, que iba a costar tiempo, incluso que podía demorarse demasiado hasta el punto de no llegar a verla. Es por esto que nos lo hemos tomado con especial interés y, desde luego, no hemos escatimado esfuerzos.

¿Qué supondrá para el sector artesanal, especialmente para la cuchillería de su tierra?

No solo será un valor patrimonial y cultural, sino también un valor económico. Aportará mayores beneficios al sector y a la industria, supondrá aumentar las oportunidades laborales y la consolidación de estos sectores artesanales, revitalizar las zonas en las que se encuentran, incluso se prevé un aumento del turismo, lo que también repercutirá en una mejora del sector de la hostelería. También hay que poner en valor que, cada vez más, los consumidores reclamamos que los productos que compramos sean auténticos, que no hay engaños ni falsificaciones, que han sido producidos de forma artesanal con sostenibilidad ambiental y social. Hay que contar que muchas de las falsificaciones que están llegando y perjudicando a nuestros cuchilleros, detrás tienen una preocupante explotación laboral. Afortunadamente, el consumidor ahora reclama que estos productos sean producidos de forma sostenible y esto se garantizará con el sello de calidad.

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