"Lo peor de la situación es la carga emocional que conlleva"

M.D.M.
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Rosana Torres, enfermera de Quirófano en el Hospital General de Albacete, detalla cómo es el día a día en la crisis sanitaria por el Covid-19

"Lo peor de la situación es la carga emocional que conlleva"

En sus casi 20 años de profesión como enfermera, Rosana Torres no había vivido una situación tan dantesca similar a la que provoca la pandemia del Covid-19, que puso en jaque al Hospital de Albacete, entre otros centros.

Ello pese a que en los últimos años trabaja como enfermera de Quirófano en el Hospital de Albacete y ve todo tipo de Urgencias y situaciones. «Pero no estábamos acostumbrados a situaciones tan graves, en tan poco tiempo y sin tener los recursos adaptados a ello», señala Rosana, que detalla que «lo peor de esta situación, además, es la carga emocional que conlleva, se hace muy duro».

Pero tiene claro que un revés como este «saca lo mejor de cada uno» y de estos momentos tan difíciles se queda «con la solidaridad, el compañerismo, las ganas de trabajar lo máximo posible de todos, para tratar de ganar la partida al virus». Recuerda que los quirófanos donde trabaja se adaptaron en muy poco tiempo como REA para pacientes Covid-19, si bien por suerte ahora mismo no tienen aquí ingresos de este tipo -aunque siguen preparados para ello-. «Pasamos de hacer cirugías a atender a pacientes de cuidados intensivos en muy poco tiempo», indica. Sin perder la sonrisa, entre temorosa por el desconocimiento de una enfermedad que es un drama pero también con la satisfacción de poder seguir dando la batalla cada día, Rosana destaca que «me quedo con que la gente se adaptó a los cambios muy rápidamente y que se ha dado el 200% frente al Covid-19». «Ha sido impresionante el compañerismo y lo que se ha unido todo el mundo», subraya. Y ello a pesar de ser una situación para la que ninguno estaba preparado, frente a una enfermedad que sigue siendo desconocida y que les obliga a trabajar con unos sistemas de protección con los que no resulta fácil hacerlo. Mascarillas, gafas, EPIs, más de un par de guantes, que hacen que el sudor sea compañero de viaje en una jornada laboral no exenta tampoco de lágrimas, pero también de sonrisas cuando un paciente se recupera. También apunta a que, frente a la pandemia, el trabajo de Enfermería se ha humanizado todavía más, si cabe. «Es triste ver cómo los pacientes tienen que pasar por esto solos, así que todos tratamos de hacer que sea lo más llevadero posible, porque a la enfermedad se suma la soledad». Así, seguirán trabajando con el deseo de que esto acabe lo mejor posible y que los propios sanitarios puedan abrazar cuanto antes a su familia.