Los cultivos leñosos consolidaron su avance en Castilla-La Mancha durante el año 2022 y se acercan cada vez más a los cereales, que mantienen todavía el primer puesto en la región pero por un margen cada vez más estrecho. 

Éste es uno de los muchos datos que incluye el avance de resultados de la Encuesta Sobre Superficies y Rendimientos de Cultivos (Esyrce)  publicado esta misma semana por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).

De acuerdo a estos datos, que todavía son provisionales, la superficie que se dedica a los tres principales cultivos leñosos en nuestra comunidad autónoma -frutales no cítricos, viñedo y olivar- asciende a 1.393.247 hectáreas.

Dentro de los leñosos, el primer puesto corresponde a la viña, con 455.533 hectáreas, seguido del olivar, con 447.000. El grupo de los frutales no cítricos, el tercero en extensión, ocupa 239.947 hectáreas, siempre de acuerdo al avance.

Este último grupo es el que incluye los frutos secos, uno de los grupos de cultivos que más ha progresado durante los últimos años en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha.

El primer puesto indiscutido dentro de los frutos secos lo ocupa el almendro,  que ocupaba unas 165.803 hectáreas en el año 2022, pero esta cifra esconde una realidad muy compleja y diversa, con numerosos matices.

Por ejemplo, a pesar del gran número de nuevas explotaciones que se han puesto en marcha, la gran mayoría dotadas con modernos sistemas de riego controlado, lo cierto es que en este cultivo aun predomina el secano.

Para ser exactos, unas 120.864 hectáreas de almendro en nuestra comunidad autónoma, esto es, el 73% del total, corresponden a explotaciones de secano, mientras que 37.112 hectáreas, algo menos del 24%, son explotaciones comerciales en regadío.

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