Javier López-Galiacho

Javier López-Galiacho


Directamente Encarna

15/11/2022

Los muertos que ellos matan gozan de buena salud. Ahí está el caso de ese torbellino de las ondas que fue Encarna Sánchez, quien después de 25 años incinerada, sigue ganando batallas como El Cid. Pedro Pérez, uno de los mejores productores que ha dado la radio privada, y el periodista albacetense y referencia del periodismo de investigación, Juan Luis Galiacho, acaban de sacar la biografía autorizada de esta figura de aquella radio de estrellas y de audiencias millonarias. Los dos trabajaron con ella. El libro, Encarna, en carne viva, ya está en las librerías. A la Encarna muerta le han querido ganar las guerras perdidas en vida, poniéndola en la diana de la descalificación y el libelo. Encarna era un tsunami en el micrófono, siempre iba «directamente», como decía el marketing que la popularizó en la radio de los años 90 y cuya sintonía de arranque de programa cantaba el camionero, el taxista y la cocinera. A veces pisó rayas continuas, eso es indudable, traspasando el decoro profesional exigible siempre. Pero ella se defendía atacando. Era su forma de estar en el mundo, porque desde muy niña la vida le dejó abandonada, arrinconada, y de esa esquina del ring salió pegando mamporros dialécticos. Decían que mandaba y que nadie la tosía, otra verdad, pero su fuerza nacía de su audiencia con casi un millón de oyentes cuando falleció en 1996. Encarna se hizo con la madrugada nacional desde Radio España o Radio Miramar. Encarna de noche se fundió en la Encarna de tarde, para desde la COPE de los García, Federico y Herrero, hacerse con una audiencia fiel. La radio si engancha es cuando te emociona y Encarna ponía el turbo cuando entraba en directo. A mí me dan igual sus amores folclóricos y su herencia. Me quedo con aquella Encarna que una tarde de abril de 1994 y en los estudios de Alfonso XII de la COPE, no cedió a las presiones directas del poderoso secretario de Estado para la Seguridad, Rafael Vera, para no emitir la información que el albacetense Galiacho había obtenido sobre el uso de los fondos reservados en su beneficio, entre ellos para adquirir una finca en nuestro Alpera. Encarna llamó a Juan Luis y le dijo: «Galiacho, ¿tienes los datos?... pues vámonos al estudio». Y la que se lio. Otra radio, otro periodismo.