A las mejores generaciones de belgas y croatas, unas más vistas o caducas que otras, les han colgado con merecimiento el cartel de favoritas de grupo... aunque sea eso precisamente lo que quieren Canadá y Marruecos: un solo punto de relajación en los europeos para lanzarse al cuello de los grandes candidatos. Dos equipos muy ásperos (Canadá más físico, Marruecos más táctico) dispuestos a vender muy caros los billetes para octavos de final.
Otra cita más, la Bélgica de Roberto Martínez se planta con el «A ver si esta vez...» entre los labios. La base de la selección que alcanzó el 'número uno' del mundo en 2015 sigue incrustada en lo más alto (es segunda, detrás de Brasil) gracias a esa generación dorada que empieza a contarse con Courtois y termina en la enorme -en todos los sentidos- incógnita de Lukaku.
Los belgas, semifinalistas en Rusia'18, basan su candidatura en uno de los mediocampos más compensados de Qatar'22. Kevin de Bruyne (City) es el tipo que juega los partidos con todo el campo metido en el cerebro: inmutable, pura precisión, capaz de filtrar o chutar… un genio con cara de niño (ya no tan niño: 31 años) capaz de decidir a qué se juega los 90 minutos. A su alrededor, 'Bobby' Martínez puede ir colocando piezas: los incansables Tielemans y Witsel, los experimentados Vanaken y Torgen Hazard... e incluso el joven Charles de Ketelaere (Milan) puede despuntar en su primera gran cita.
Desde el centro se construye una Bélgica mejor armada hacia arriba que hacia atrás. Los veteranos Anderweireld o Vertonghen siguen protegiendo al líder con guantes del equipo: Thibaut Courtois. Si los 'milagros' del portero madridista funcionan, con un poco de fortuna en ataque, Bélgica es seria candidata: de eso se encargarían Carrasco, Mertens, Batshuayi... y, con serias dudas, Eden Hazard y Lukaku.
Sin Rakitic
La subcampeona, sigue perdiendo 'piezas' y los veteranos van cayéndose de las listas de Zlatko Dali y antecesores (ya no están Olic, Rakitic, Corluka, Srna, Mandzukic...), pero Luka Modric sigue en todas ellas y eso es casi garantía de éxito. La vieja guardia defensiva, por ejemplo, se mantiene en Lovren o Vida, pero va dejando paso a los jefes del futuro con Gvardiol (Leipzig) a la cabeza. Quedará por comprobar si los Kramaric, Orsic, Budimir o Petkovic tienen gol para corresponder el habitual fútbol competitivo croata.
Marruecos ha ido moldeando una de las mejores selecciones de la historia sobre piezas como Hakimi (PSG), En-Nesyri (Sevilla), Mazraoui (Bayern), Aguerd (West Ham), Ziyech (Chelsea) o Bono (Sevilla). En Catar presentará un bloque que mezcla calidad y compromiso. Dos valores que también combina Canadá:Davies es la figura indiscutible, pero a su alrededor jugadores como David (Lille), Buchanan (Brujas) o Eustaquio (Oporto) dan brillo al mejor bloque que presentan los norteamericanos en su historia.