Fernando Fuentes

Fernando Fuentes


Tendrá que ser con Vox

24/01/2023

El PP sabe que tendrá que pactar con Vox aquí, allá y acullá para poder gobernar. Ésta va a ser la clave de que muchos lares -léase, ciudades y comunidades autónomas- muten de gobierno en apenas cuatro meses y, quién sabe, si también en cuestión nacional a finales de este 2023. Y en ese punto los de Abascal, en retroceso desde hace meses, se sienten fuertes y capaces de implicar a los de Feijóo en todas su tropelías, desmanes y lamentables posturas retrógradas y fachas. Lo que está sucediendo en Castilla y León puede servir como desagraciada experiencia piloto de lo que podrá pasar en cualquier lugar en el que la derecha tenga que casar con la ultraderecha para poder gerifaltear. Y no hay más que ver la cara de Mañueco para comprobar que está siendo una auténtica pesadilla para él, su partido, sus votantes y los que no lo son. Ya también, por supuesto, para un Feijóo que acertó de pleno, y se posicionó valientemente al margen, no acudiendo a la manifestación anti-Sánchez de Madrid. Dicha ausencia no es asunto baladí, sitúa, con rotundidad, al actual presidente del PP al margen de aquella icónica foto de Colón que Casado no tuvo ningún reparo en liderar. Es una realidad que los populares afrontan unas elecciones con sabor agridulce. Y eso siempre es malo cuando, además, la batalla para nada está ganada. La ilusión que tienen muchos alcaldables y posibles presidentes por conseguir más votos que la izquierda, choca con la certeza de que tendrán que entenderse con un partido anticonstitucional para poder auparse en el poder. Y eso no les hace ninguna gracia. Posiblemente la misma que le hizo a Sánchez tener que darle todo lo que quiso a un Pablo Iglesias al que tenía más miedo que a un nublado. En este preciso punto es donde Vox no va a ceder ni un ápice. Se saben claves, se gustan en dicha tesitura y van a apretar al PP todo y más para que, en esas reuniones previas a las elecciones, en las que tienen que irse viendo las caritas, quede claro que van a venderse caro. Mientras los que más mandan del PP se autoexcluyen de la gran foto reaccionaria en grana y oro, la zombi Arrimadas aprovecha para pillar cacho cuando ya nadie le hace caso. Parece un imposible pedirle a Ciudadanos un mínimo de valores y dignidad -los mismos que no conocen- en su inapelable desaparición.