Javier López-Galiacho

Javier López-Galiacho


El planeta de los simios

24/01/2023

El animalismo, como ideología, va camino de convertir la relación con los animales en una distopía. A toda una generación mundial nos impactó el final perturbador del film El planeta de los simios, donde el simio le ha hecho el sorpasso al ser humano. El animalismo se va apoderando paso a paso del Derecho. Hace poco, a instancia del partido Ciudadanos, se logró modificar ni más ni menos que el sacrosanto Código Civil para declarar a todo animal un ser sintiente (hasta la rata). Declaración que crea un híbrido jurídico, como dice mi compañero y catedrático de Jaén, Javier Gutiérrez, entre la persona y la cosa. El mascotismo representa la sedación del narcisista hombre moderno. Mientras que España se muere de vieja y a nuestros ancianos se les aparca en residencias sin que la mitad de ellos no reciban visitas, este país alcanza más de 23 millones de mascotas. A la misma hora que yo veía en Marrakech muchos niños y adolescentes, abandonados en sus calles, pidiendo limosna, otros cepillaban los dientes a sus perros, tras darles de cenar jamón de Parma, y antes de meterlos en su misma cama. ¿Pero qué nos está pasando? El hombre ha dejado de ser el centro de la vida y ahora la que manda es mamá Naturaleza; sí, la del cambio climático, la misma que parió ese coronavirus que inconstitucionalmente nos confinó. Del humanismo como eje central, hemos transitado a ese antropomorfismo, mitad hombre, mitad animal. La naturaleza la puso Dios al servicio del hombre, y no al revés. De pequeño teníamos cinco perros a los que quisimos y cuidamos, pero vivían en la parcela. Mi padre iba en invierno tres veces a la semana a alimentarlos. Con la nueva Ley de bienestar animal, hoy mi padre sería sancionado por abandono. Sobre esta ley radical reflexionamos este fin de semana pasado en la Universidad de Granada, invitados por ese capítulo granadino de la Fundación Toro de Lidia que dirige, con extraordinario acierto, Fernando Navarro. Hace unos días caminaba con don Antonio Garrigues Walker por Madrid. En una terraza vimos un perro al que sus dueños estaban dando un refresco a lengüetazo limpio. Garrigues, tan sabio, lo clavó: «Vamos camino del planeta de los simios»...