«En 'Grunge' está el ruido, el grito y la rabia»

Antonio Díaz
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Andrés García Cerdán está de enhorabuena. Estrena poemario, Grunge, y además ha ganado dos prestigiosos premios, el internacional de crítica literaria Amado Alonso y el Francisco Brines de poesía.

Andrés García Cerdán - Foto: Rubén Serrallé

Andrés García Cerdán está de enhorabuena. Estrena poemario, Grunge, y además ha ganado dos prestigiosos premios,  el internacional de crítica literaria Amado Alonso y el Francisco Brines de poesía.

Dos premios y una nueva obra en muy poco tiempo.

Estoy sorprendido y emocionado. Me han concedido el Amado Alonso de crítica literaria y hace unos meses gane el premio Francisco Brines de poesía y acaba de aparecer Grunge, una antología de mis poemas en una editorial que se llama Reino de Cordelia.   

¿Un premio de crítica literaria por una de sus obras?

Sí, el premio de instituyó en honor a la figura Amado Alonso, uno de los fundadores de la estilística literaria; uno de los patriarcas de la filología en España. El premio es muy moderno y lo ha ganado gente de mucho prestigio en  ámbito de la reflexión sobre la teoría de la literatura, sobre la crítica e investigación literaria y artística. Un premio que recogeré a finales de noviembre a Lerín, Navarra, y no sé si para esa misma fecha se editará el libro en Pre-textos.  

¿Tiene título?

Provisionalmente, Acantilados de Duino, aunque puede cambiar el nombre.  Duino es un pueblo del norte de Italia donde estuvo Rilke una temporada y donde empezó a escribir las Elegías de Duino. Uno de los lugares simbólicos de la literatura experimental, revolucionaria del siglo XX.  

¿Por qué puso como título a su último libro Grunge?

Grunge por varias razones. Es una selección poética de todos mis libros, incluyendo alguno inédito. Habla de música, músicos, canciones, conciertos, con una línea argumental en torno a la música, por un lado. Por otro,  yo desperté con el rock clásico, pero también con el grunge, que fue un estallido generacional, con la publicación del Nevermind, de Nirvana,  y después tantos otros grupos, Alice in Chains, Soundgarden,  Jesus and Mary Chain o Red Hot Chili Peppers que, de alguna forma, marcaron nuestra generación, con una música muy ruidosa y, al mismo tiempo, muy reveladora de la intimidad y también muy crítica con el mundo del capitalismo. En definitiva, se llama Grunge por todo eso y porque fonéticamente es como una especie de grito. En Grunge está el ruido, el grito y la rabia, por eso se llama así. 

¿Poemas de toda su obra que tienen que ver, de alguna manera, con la música?

En este caso sí, con poemas dedicados a Led Zeppelin, a Jeff Buckley, a Pearl Jam, Surfin Bichos, Antonio Vega y a Los Enemigos, etc., pero más allá de las referencias personales, también este libro es una forma de reflexión entre las relaciones que hay entre poesía y música, desde el principio, desde el mito de Orfeo, que rompe todas las leyes y reglas. Hay una frase muy bonita de Baudelaire  que dice que cuando hacemos música, lo que hacemos es escupir a los cielos, negar que las cosas están bien e intentar buscar una armonía en el caos del mundo moderno. 

¿Fue complicada la selección de esta poesía?

Esta ha sido una selección por alusiones y costó trabajo sobre todo ordenarlo, colocar un poema detrás de otro. Están un poco barajados los poemas, no siguen un orden cronológico, más bien emocional o de contrastes y no fue excesivamente trabajoso, pero sí fue muy emocionante volver a mis poemas de cuando tenía 19 años y ver cómo han cambiado ellos y como lo he hecho yo. Se han ido acordando de muchas cosas de las que yo no me acordaba, es lo bonito.  

Con poemas nuevos. 

Sí, hay poemas nuevos, inéditos. Algunos saldrán próximamente, en octubre, en Químicamente puro, con el que gané el Brines de poesía y otros son totalmente inéditos  o rescatados de publicaciones raras. 

¿Cómo es el conjunto?

Es una maravilla, en el sentido de que los poemas han encajado de una forma sutil, muy bonita y por otro lado, tiene una portada de Carlota Pereiro, diseñadora del Thyssen y pintora. Además, cuenta con el apoyo de Agustín Fernández Mallo, uno de los escritores españoles más reconocidos internacionalmente, al que le gustó mucho el conjunto.  Luego, Reino de Cordelia, es una editorial que se caracteriza por cuidar los libros y su distribución.