El director y compositor tarazonero Isidro Joaquín Martínez Saiz aprovecha estos días de parada en la actividad para crear, con varios proyectos que seguro llevará a las salas de concierto. El también clarinetista concretó algunos aspectos de esas obras surgidas estos meses de confinamiento.

Participaba en un proyectos solidario justo cuando se paró la programación por la crisis sanitaria.

Sí, teníamos un concierto con la Agrupación Musical Amigos de Fermín Navarrete, que era solidario. 

¿También están a la espera  las actividades con su banda y coros?

Así es, por desgracia los dos coros y la banda, Unión Musical de Benetússer, están parados, no podemos reunirnos en grupo y no se puede trabajar. Con los coros sí haremos un vídeo, con la Coral Tarazonera y el Cor Unió Musical L’Eliana, aunque claro, con todos sigo en contacto. Todo lo relacionado con la cultura está en el aire. 

¿La situación propicia la composición, el trabajo?

Bueno, como también soy profesor en la Escuela de Música de Tarazona, estamos con teletrabajo. Si hablamos de estudio y composición, no paro ni un día. 

¿Muchas obras?

Por desgracia tenemos más tiempo para componer. Melodía de la esperanza tuvo una gran acogida, es una iniciativa que se me ocurrió, cree un acompañamiento con el piano y lo subí a Facebook y cualquiera podía hacer una melodía sobre esos acordes y recibí unos 50 vídeos.

Cuando pase todo esto voy a hacer un montaje con Melodía de la esperanza, compuesta por todos los que han colaborado. Es un proyecto cerrado en el que me pondré en cuanto pueda, para ensamblar todo; para agradecer el trabajo a todos los que han colaborado. 

Una cuarentena productiva, entonces...

Sí, algo bueno tenía que salir, porque en Semana Santa ya compuse dos obras, un Stabat Mater, para coro mixto a ocho voces, y una obra para siete percusionistas, Al paso,   sobre lo que creo que siente un costalero cuando va debajo de un paso. 

Puede que retome además el Stabat Mater y lo transforme para coro y orquesta, es una pieza muy interesante. Me basé en un cuadro. 

¿Para estrenar en Semana Santa de 2021?

Si Dios quiere, lo haremos, porque también quedó parada una obra que íbamos a hacer en Tarazona, a lo grande, con Las siete palabras para coro, narradores y campanario. Tenía todo preparado. 

Además, como en mi familia somos cinco músicos, mi padre me pidió algo facilito para que lo tocáramos todos,  y como nos conocen como los céntimos, bueno, pues nació Los cinco céntimos para  dos clarinetes, requinto, fliscorno y trompeta. Me basé en el famoso tango de la Ópera de tres peniques para hacer esta pequeña obra. 

¿Piensa poner en marcha todos los proyectos?

La verdad es que si no puede ser este 2020, me gustaría que en 2021 todos estos proyectos  pudieran salir adelante, porque hay muchos estrenos que se han frustrado por la pandemia, ya que este mes también se iba a estrenar una pieza para violonchelo solo, que me encargaron para un recital en el Conservatorio Superior de Valencia.

En Cuba, en noviembre, se estrenará una de mis obras para clarinete, Los cuatro, en el Festival de Música Contemporánea de La Habana, pero está todo en el aire, confiemos en que vaya bien y puedan hacerse los estrenos.