Pablo García dice que otras miradas del cine son necesarias

Ana Martínez
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El cineasta con raíces en Fuente Álamo se desplazó hasta el Cine Capitol para estrenar 'Camino incierto', una película que asemeja el abandono forzado de una productora con la cultura

Pablo García, cineasta con raíces en Fuente Álamo. - Foto: José Miguel Esparcia

El abandono forzado de la productora Eddie Saeta, un emblema del cine independiente, dirigida por Lluís Miñarro, causó tal impresión al cineasta barcelonés, con raíces albacetenses, Pablo García Pérez de Lara, que de ahí surgió Camino incierto, un largometraje que ayer se estrenó en la sección Indie del Festival Internacional de Cine de Albacete, Abycine.

Desde la alfombra roja, a la que Pablo García acudió dispuesto a entablar un coloquio con los espectadores tras el pase de su película, el cineasta recordó cómo le influyó el «vaciado» de una productora con 30 años de experiencia, que siempre apostó por un cine más personal, más arriesgado y diferente. «Este abandono forzado me resultó muy representativo de lo que está ocurriendo con la cultura y con esa crisis de identidad que teníamos y que se ha visto agravada con la pandemia».

Yasí fue como Pablo García se embarcó en 2014 en Camino incierto, una película «vital» que narra también su propia vida, su historia y sus experiencias, así como su relación con el propio Lluís Miñarro, productor de su ópera prima Fuente Álamo, la caricia del tiempo.

Terminada en el año 2019, Camino incierto fue seleccionada en el Mafiz del Festival de Málaga, pero la pandemia paralizó todo..., hasta incluso motivó nuevas reflexiones durante el confinamiento del propio director que a punto estuvo de aplicar una revisión para actualizarla. Sin embargo, «hacer una revisión suponía producir una película nueva, Camino incierto ya estaba acabada, estaba contento con ella y la presenté a la sección Indie de Abycine».

Ayer se estrenó en el Cine Capitol. Seis años después del nacimiento de la idea. Mucho tiempo porque hacer cine a día de hoy es «muy difícil», sobre todo si se trata de un cine con una mirada más profunda, más personal, que trabaja más las emociones y los sentimientos. «Si levantar una película comercial en nuestro país es difícil, el tipo de cine que yo hago todavía es más, porque no tenemos la mirada preparada, algo que debe surgir desde la educación;tenemos que hacer un trabajo más profundo en las escuelas y en las familias y cambiar la mirada, porque se nos está inundando de un cine muy globalizado y muy parecido y es más bonito que haya riqueza de miradas distintas y diversas».

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