Francisco J. Martínez

CARTA DEL DIRECTOR

Francisco J. Martínez


Un hombre bueno

20/02/2022

Estaba previsto que esta columna estuviera dedicada a la presentación del plan de viabilidad del Puerto Seco de la ciudad, que aglutinó máxima expectación por lo que puede suponer para Albacete en los próximos años, pero la actualidad manda y, desgraciadamente, otro hecho mucho más importante se cruzó. No me refiero al guirigay que hay en el Partido Popular, que pone en jaque el juego de contrapesos de la Democracia española, hoy tengo que dedicar esta columna a Cristóbal Rozalén, que falleció mientras dormía en la madrugada del jueves.
Le conocí hace 15 años, en su última etapa en activo, aunque nunca dejó de estar pendiente de la actualidad política. Conectamos desde el primer momento, algo que no era muy difícil tratándose de Cristóbal. Era una persona afable y de bien, que siempre intentaba ayudar cuando lo necesitabas. La familia socialista de Albacete lo echará mucho de menos, porque era de esas personas que, sin hacer ruido, facilitaban las cosas para que salieran adelante, sin el afán de ponerse una medalla. Si fuera por eso, no tendría pecho para tantas condecoraciones, pero su legado sigue vivo a través de sus hijos y su nieto.
Las últimas veces que le vi, bromeábamos con el pacto que había hecho con el de arriba para conservarse tan bien, sin embargo nos dejó de forma fulminante, sin previo aviso, y sin hacer ruido, como era él. La noticia corrió como la pólvora, como lo suelen hacer las malas noticias. En Balazote, en Letur y en tantos lugares lloran hoy por él y le recuerdan con cariño.
Que la tierra te sea leve...