«'Nueve novísimos' cambió el curso de la poesía en España»

Antonio Díaz
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«'Nueve novísimos' cambió el curso de la poesía en España»

Vicente Molina Foix, escritor. - Foto: José Miguel Esparcia

El primer congreso homenaje a Antonio Martínez Sarrión se clausuró en la Facultad de Educación de Albacete con luna interesante ponencia del escritor Vicente Molina Foix, Historia de una foto: Sarrión y la infame turba. El autor fue presentado en este acto por Andrés García Cerdán. 

Vicente Molina Foix comentó a La Tribuna de Albacete distintos aspectos de su intervención. 

¿Nos puede hablar de esa fotografía y la infame turba?

Mostramos una foto, aquí en el congreso homenaje, que está en mi poder y es una foto interesante porque ahí están, en la que entonces era mi casa de Madrid, un piso de estudiantes, cuatro personas, una de ellas es Antonio Martínez Sarrión, el otro es un periodista mejicano que hacía un libro sobre escritores españoles del momento, el tercero es Javier Marías, y el cuarto soy yo. Es una foto histórica, en la medida en que ahí coinciden muchas cosas, por un lado estamos Antonio y yo, que éramos de los novísimos; Javier Marías, que no era poeta, era novelista, y ya había publicado su primera novela, y una presencia, a la que yo me quiero referir, el cine, que nos unió a esta generación y a mí, en particular me unía mucho con Antonio Martínez Sarrión. El título hace alusión al de un libro que se publicó en el año 1971, pero que hace poco se ha vuelto a reeditar, que se llama Infame turba,  de Federico Campbell, con unos versos que abren el libro, que son de Góngora, aquí utilizados un poco como ironía de la   infame turba, refiriéndose en este caso concreto a la creación. De este libro, lo que subrayo, además de la connotación cinematográfica, es la enorme conocimiento de la poesía y el cine de Antonio Martínez Sarrión. Comenté algunos aspectos, porque Antonio era entonces muy joven y solo había publicado un libro de poemas, Teatro de operaciones y ya da unas pautas de acceso a su obra, que se van a cumplir en su larguísima y productiva carrera como memorialista y poeta. 

¿Qué supuso para ustedes la inclusión en esa antología tan famosa, Nueve novísimos poetas españoles, de Castellet?

Esto era un grupo que estaba naciendo entonces. No sólo yo, tres de los poetas que estábamos en esta antología éramos inéditos y Castellet fue buscando a los poetas con una idea previa del tipo de poeta que él quería presentar como novedad del momento. Ahí aparecí yo, como Leopoldo María Panero, que había publicado muy poco, unos poemitas, o Ana María Moix. Esa antología, Nueve novísimos, cambió un poco el curso de la poesía en España, como está reconocido por los estudiosos al cabo de los años y cada poeta ha tenido una trayectoria distinta. Yo he publicado menos libros de poesía que otros, porque me centré más, en un momento dado en la novela y el teatro, pero yo hablaría más que de una contabilidad de los novísimos, de un espíritu novísimo, de una ruptura que supuso ese libro, amado por unos y denostado por otros, como pasa con los grandes movimientos  de irrupción y ruptura y, de esa generación, había gente que no estaba, pero creo que los que están son.  Todos los que estamos, somos de la literatura española. De esa manera, hay un vínculo amistoso que me ha unido con varios de los nueve novísimos, que no ha sido solo literaria o sentimental, de compañerismo. Antonio Martínez Sarrión dice en Infame turba, que más que una generación, somos una promoción. 

¿Casi un término académico?

Utiliza un poco esa palabra escolar.  Pues sí, éramos una promoción de escritores que salíamos convertidos en generación, gracias a Castellet. 

Les unía la afición, la pasión por el cine. 

Pues sí en mi intervención utilizo  un poema muy poco conocido de Antonio, que escribió en una revista de cine de la época, donde nos conocimos todos los novísimos, Film Ideal,  que él mandó, como anónimo. Antonio iba mucho al cine, sabía mucho de cine, e hizo un poema interesante, con una mirada de amor al cine, pero entreverada de ironía. Ama el cine, pero se burla un poco, y es muy divertido, de los que están locos por el cine.  

¿Se siente más novelista, dramaturgo, incluso director de cine, que poeta?

Bueno, director de cine ha sido siempre una aventura interesante que yo, que soy muy atrevido, hice con ganas. Yo soy escritor, incluso en cine, si no hubiera hecho el guión, no habría hecho la película. Yo prefiero que se me presente como un escritor que ha hecho dos películas y novelas he hecho 20. A mí, lo que me interesa es sentarme en una mesa y ponerme a escribir y lo que surge, a veces, a mí mismo me sorprende, porque la primera película que dirigí, Sagitario, era un novela, que me di cuenta que tenía estructura de guión de cine, y la acabé haciendo yo, pero siempre  como un proceso que tiene su origen en la literatura.  

Con más de un libro de poemas entre esas novelas y obras teatrales.

He publicado cuatro, pero nunca he dejado de escribir poemas, lo que pasa es que no me preocupo hasta que no llega el momento de unificarlos y darle forma de libro, pero mi relación con la poesía es constante.  

¿Qué proyectos tiene?

Seguir escribiendo. El más inmediato es una cosa que me hace ilusión, porque yo he traducido cuatro obras de Shakespeare al español y habían salido en distintos formatos y ocasiones y ahora, en Anagrama, saldrán agrupadas en dos cofres. Primero Hamlet y El Rey Lear, con mi traducción y el texto bilingüe, y un segundo volumen que recoge El mercader de Venecia y Antonio y Cleopatra.  

¿Alguna novela?

Está ahora en proceso.