Guillermo Hermoso de Mendoza derribó el muro con Berlín

Pedro J. García
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El rejoneador navarro, que hacía su presentación en Albacete, abrió la puerta grande tras desorejar al sexto, Munera cortó un apéndice y Vicens se fue de vacío

Hermoso de Mendoza, tras clavar un rejón de castigo. - Foto: J.M.E.

Guillermo Hermoso de Mendoza derribó el muro en el festejo de rejones con Berlín. Derribó el muro del tedio por el que transcurría una corrida de rejones marcada por el mal juego de los astados y derribó el muro figurado de la puerta grande del coso albacetense. Todo lo cimentó con Berlín, un caballo negro, luso-hannoveriano, de 11 años, empleado en banderillas y con el que levantó su actuación ante el sexto de la tarde, al que acabó cortando las dos orejas. Antes, su primer actuación fue más discreta, ante un toro sin entrega, con el que se equivocó al ponerle dos rejones de castigo.

El villarrobledense Juan Manuel Munera cortó una oreja al segundo de la tarde, un toro con movilidad y que contribuyó al lucimiento, en distintos pasajes, del rejoneador local. No le acompañó la fortuna con su otro enemigo, ya que el segundo rejón de castigo, trasero y muy contrario, dañó al astado, que tuvo que ser apuntillado. Por su parte, Lea Vicens fue la menos agraciada, con el peor y más deslucido lote del festejo, con el que poco pudo hacer.

Guillermo Hermoso de Mendoza cayó de pie en Albacete y se marchó en hombros del coso de la capital gracias a la mejor actuación de todo el festejo, ante el sexto de la tarde, el toro más destacado del encierro de Fermín Bohórquez, que tuvo más movilidad y entrega, y el navarro supo aprovecharlo desde el primer momento. Su actuación comenzó a tomar altura y a calar en los tendidos con Berlín, un caballo con el que brilló en banderillas, llevando al toro muy templado, encelado y con lucidos recortes por adentro y algún desplante. No bajó de tono su actuación con Esencial, con el que dejó tres flores arriba y un rejón de muerte trasero, pero muy efectivo, que valió para que el toro fuese aplaudido en el arrastre y que el rejoneador cortase las dos orejas que le abrieron la puerta grande. 

Su primera actuación fue aseada, marcada por el exceso castigo inicial, con dos rejones, a un toro que no iba sobrado de fuerzas, lo que hizo que la movilidad inicial se tornase en un toro parado, sin entrega, con el que Hermoso de Mendoza estuvo correcto al dejar las banderillas, todas arriba, pero sin poder lograr el lucimiento. Las cortas quedaron muy desiguales y no estuvo certero con el rejón de muerte, ya que tras dos pinchazos dejó uno entero, trasero y contrario con el que despachó al toro. Hubo petición de oreja, pero todo quedó en una ovación.

el rejoneador local. Conjuntada y lucida fue la primera actuación de Juan Manuel Munera, quien tuvo un buen enemigo en el de Bohórquez, con movilidad, al que pudo templar en la mayoría de ocasiones, porque antes de meter el rejón de castigo, tropezó la montura. En banderillas, con Arrebato colocó dos banderillas, arriba, y estuvo templado y exponiendo en la cara del toro. Con Escándalo dio continuidad y mantuvo la intensidad de su labor, mientras que con Misterio estuvo desigual en la colocación de las banderillas cortas. No anduvo certero con el rejón de muerte y tras un pinchazo dejó medio trasero, clavado en dos tiempos. Necesitó dos golpes de descabello para acabar con el toro, afloraron los pañuelos y logró la primera oreja de la tarde. 

Buena condición tuvo su segundo enemigo de salida, con entrega, al que templó en redondo antes de colocar el primer rejón de castigo, algo contrario, y el astado tropezó la montura a la salida del encuentro. Colocó un segundo rejón, trasero y muy contrario que dañó al toro. Se echó varias veces mientras Munera cambiaba de montura y, a la tercera, fue preciso apuntillar al astado, con el desconcierto entre algunos asistentes cuando vieron la tablilla que anunciaba al sexto de la tarde.

Lea Vicens tuvo como primer enemigo un toro soso y sin entrega de Bohórquez que condicionó toda la actuación de la gala, que estuvo muy desigual durante toda su actuación. El rejón de castigo lo dejó trasero y contrario. En banderillas, a lomos de Bético, estuvo desigual, sin exponer y mejor en las dos últimas, las mejor colocadas, con algunos buenos pasajes en los que templó de costado. En el tramo final, con el toro todavía más parado, poco lucimiento tuvo con las banderillas cortas y el rejón de muerte lo dejó muy trasero y perpendicular, por lo que precisó de cinco descabellos para finiquitar al primer toro. 

No mejoró el panorama para Vicens con el segundo de su lote, un toro manso, que en ningún momento persiguió las monturas, sólo se contabilizaron algunos arreones. Con estos mimbres, tras un rejón de castigo trasero, a la rejoneadora le costó colocar las banderillas, hasta seis, más cuatro cortas. Para colmo, con el rejón de muerto estuvo poco acertada, porque con el primero hizo guardia y, después, dos pinchazos precedieron a otro rejón trasero y necesitó de seis golpes de descabello para finiquitar al de Bohórquez. 

FICHA:

Ganadería. Seis toros de Fermín Bohórquez, bien presentados, más terciado el quinto, con poca movilidad y de poco juego, mejores sexto y tercero.

Lea Vicens. Silencio y palmas tras aviso.

Juan Manuel Munera. Una oreja y silencio.

Guillermo Hermoso de Mendoza. Ovación tras petición y dos orejas.

Incidencias. La plaza registró tres cuartos de entrada en tarde calurosa y con el cielo entoldado. El festejo comenzó bajo los acordes del pasodoble Dámaso González, en el día en el que se recuerda la fecha de nacimiento del maestro albacetense.