María Gloria Velasco Almodóvar presenta mañana, a las 19 horas, su libro Otra mirada sobre el Noli me tangere de Chinchilla de Montearagón (Albacete), en la Biblioteca Pública, en un acto en el que estará acompañada, entre otros, por Maximiliano González Martínez, historiador del arte. La autora, catedrática de Dibujo y pintora, comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de esta obra.

¿Por qué un libro sobre este cuadro de Chinchilla?

Porque es la parte de un retablo que queda en Chinchilla de Montearagón y me parecía muy importante estudiar sobre él. 

Yo he estado 19 años trabajando en Chinchilla como docente, subía con los alumnos a la iglesia y veía este cuadro. Se trata de una pintura sobre tabla, que mide, si no me equivoco, 210 por 170 centímetros, es muy grande,  parte de un retablo de principios del siglo XVI y está guardado en la sacristía de El Salvador. Bueno, como te decía, uno de esos días que subí con los alumnos, me atrapó y empecé a investigar. 

¿Qué destacaría?

Hay muchos autores que ya han investigado sobre esta obra, como Luis Guillermo García-Saúco, Carlos Ayllón, sobre Don Gil Sánchez Soriano, que era el arcipreste de Chinchilla, pero lo más importante, lo que creo que aporto, es el estudio botánico  que aparece en el cuadro, igual que una descripción más específica de qué personajes están, dónde aparecen las escenas bíblicas, el juego de miradas, de color o la composición de la obra.  

¿Está identificado el autor?

No hay autor, lo que pasa es que yo aporto unos datos sobre un pintor, que es Paolo de San Leocadio, y pongo la similitud que veo con la obra de este, autor de los ángeles músicos de la catedral de Valencia. Leandro de Saralegui, que fue un historiador muy importante, ya hace referencia a este pintor, pero no está autentificado. Como te apuntaba, yo veo una serie de relaciones o similitudes con su obra.  

¿Qué es lo que más le llama la atención?

Lo primero es el color y luego llama la atención la fuerza que tiene como pintura y desde luego queda mucho por investigar en Castilla-La Mancha sobre la pintura. Tiene un gran atractivo, después de haber sido pintado en el siglo XVI y se puede ver en la sacristía, en el tesoro de la iglesia, aunque hay que pedir permiso para entrar.  

¿La obra más importante?

Sí, es la obra conservada más importante que tiene la iglesia, en cuanto a pintura.  

¿También de la región?

En ese aspecto no me atrevería a decir nada, porque ahora estamos descubriendo a Juan de Borgoña, pero sí te digo que es una pintura muy importante y podría estar perfectamente en el Museo del Prado. 

¿Fue restaurada?

Sí, la restauración es de hace bastantes años y no la han vuelto a tocar. Yo sí que veo que necesita una intervención inmediata, porque se ven grietas y alguna mancha, como se aprecia en la zona botánica de la parte de abajo de la obra.  

En cuanto al conjunto, ¿qué nos puede decir?

No se puede saber. Es parte de un retablo y lo único que se ha conservado es esto, se perdió. Se ve un tronco de palmera, por ejemplo, y estoy convencida que esto estaba acabado. Puede ser que cortaran la madera para encajarla en algún sitio. No  hay datas  en los archivos.  

¿Fue muy complicada la edición de este libro?

Complicada, sí. Es mi primer libro editado. Lo presentaré el jueves, a las 19 horas, en la Biblioteca Pública de Albacete y me acompañará el historiador Maximiliano González Martínez.  

¿Qué proyectos tiene?

Sigo pintando y tengo una exposición pendiente en Albacete que se quedó así por la pandemia, con la obra enmarcada y lo próximo que hará será, probablemente, presentar pintura, pero no tengo todavía fechas, pero tampoco tengo prisa, porque ahora pinto con mucha más tranquilidad que lo hacía antes, cuando me dedicaba a la docencia. De momento estoy con paisaje urbano de Albacete y esa será, en principio, la exposición.