El Albacete Balompié espera completar hoy el primer cuarto de competición en plena fase de recolocación, tras el cambio de entrenador y su consiguiente y paulatina transformación de la forma de jugar, todo ello en una fase en la que le han sonreído los resultados.

López Garai recordó ayer que la intención de quien lanza la moneda y le cae una y otra vez la cara (quizá en el último compromiso cayó de canto) es prolongar la racha, no en vano avanzar y corregir se hace siempre mejor con el viento a favor de los resultados que suelen evitar la excesiva agitación del entorno aun en los albores de un campeonato más incierto que nunca por el contexto general extradeportivo.

El empate frente a la UDLas Palmas supuso sumar un punto más, aunque también quedarse con la miel en los labios del tercer triunfo de la temporada, y más merced a un postrer penalti irreprochable con el reglamento en la mano. Cuestionar el contenido de sus disposiciones ya es harina de otro costal.

Sea como fuere, no hay tiempo para reflexiones en esta competición en la que se desgranan las jornadas de un calendario irracional. Hoy, el Albacete afronta un encuentro que no resultará precisamente fácil en una ciudad a la que le une lazos futbolísticos históricos. El Cartagena, uno de los rivales de siempre hasta la década de los 90, volverá a medir sus fuerzas con los blancos en una décima jornada que pretende ser para ambos un espaldarazo a su trayectoria reciente.

Se prevé la habitual política de rotaciones de López Garai en su idea de mantener la frescura de su plantilla, aunque lo que no cambiará será su idea de fútbol, todavía lejos de implantarse de forma completa en función de lo apretado del calendario pero que ya ha dejado pinceladas.

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