La Sección Segunda de la Audiencia Provincial acogió ayer la segunda y última sesión del juicio contra un hombre acusado de maltratar y violar a la que fuera su pareja, en la que la Fiscalía y la acusación particular mantuvieron su petición de 15 años de cárcel para el procesado y la defensa pidió la absolución. 

 En este sentido, la fiscal manifestó que el procesado, C.G.J., debía ser condenado por los delitos de maltrato físico y psíquico habitual, un delito leve de injurias, dos de maltrato de obra en el ámbito familiar con la agravante de reincidencia y un delito de agresión sexual con las agravantes de parentesco y discriminación por razón de sexo, por los que además de los 15 años de cárcel, solicitó una pena de 15 años de prisión, 24 años y medio de alejamiento de su víctima, seis años de libertad vigilada, 9.000 euros de indemnización para la denunciante y 25 días de localización permanente.

La fiscal consideró probados los hechos por el «relato coherente» que, según dijo, ha mantenido la víctima desde su primera declaración. Además señaló que los maltratos e insultos comenzaron tras nacer la primera hija de la pareja y que en 2014 ya presentó una denuncia contra el acusado, que no terminó en condena, porque ella se acogió a su derecho a no declarar.

También afirmó que cuando la madre del acusado se enteró de que éste tenía una nueva pareja, él la culpabilizó a ella y le dio varios puñetazos golpeando incluso a su bebé de un mes, algo para lo que tenía un testigo, que no pudo localizar.

El otro episodio grave fue cuando ella se fue de casa de sus suegros y el intentó llevarse a sus hijos, en la puerta del albergue y luego se la llevó a ella y a los niños de nuevo a la casa de sus suegros y allí la golpeó en la habitación de arriba y la obligó a mantener relaciones sexuales.

El abogado de la acusación particular, Mariano Acebal, se adhirió a lo dicho por la fiscal y señaló que la víctima tardó en denunciar por temor a que le quitaran a los niños, ya que vivía en una casa abandonada, sin agua, ni luz. Además recordó que los peritos consideraron creíble el relato.

La defensa. El abogado de la defensa, Amalio Sánchez Martínez, solicitó la libre absolución de su cliente, afirmando que «la ausencia probatoria es palmaria». 

En la misma línea, manifestó que «no hay ni una prueba objetiva, sólo la testigo de referencia y los peritos», una testigo cuya declaración puso en duda. «No puede ser considerada probatoria, declaró con rabia, con imprecisiones y contradicciones, su declaración no concuerda con lo que dice T. (la denunciante). Además añadió que la declaración de la testigo había sido «chulesca y desafiante» y que en la misma se había mostrado su enemistad con el acusado. 

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