Todos los meses de abril acostumbran a ser lluviosos, como dice el refrán, pero lo que pasa este mes de abril de 2022 es simplemente de locos. A principios de mes, llegaron las nieves en cotas realmente bajas y la pasada madrugada llegaron la lluvia, el granizo y hasta la nieve, todo en el mismo lote y de nuevo con registros de dos dígitos.

Para el día de ayer, la Aemet esperaba un fuerte bajón de las temperaturas, especialmente las máximas, de cerca de 10 grados. Además, se preveían precipitaciones y chubascos generalizados, acompañados de tormentas en la mitad meridional de la provincia. La cota de nieve comenzaría la jornada en los 1.700 metros, para descender poco a poco hasta los 1.100.

En realidad, la lluvia y el granizo empezaron a caer con fuerza en varios puntos de la provincia desde la tarde del martes, para continuar durante toda la noche y casi todo el día de ayer. Las primeras granizadas, mezcladas con abundante lluvia, anegaron calles en Socovos, Pozo Cañada y Chinchilla.

A medida que avanzaba la tarde, se registraron fuertes precipitaciones del mismo tenor -lluvia y granizo- en Pozohondo y en Las Minas, dentro del término municipal de Hellín. De madrugada, las calles se anegaron en el término municipal de Ontur y hacia el mediodía se vieron las primeras imágenes de nieve en la sierra, en cotas de 1.200-1.300 metros, en municipios serranos como Nerpio.

Los mayores registros de precipitación se dieron en estaciones del centro, el este y el sudeste de la provincia. El dato más abultado al mediodía de ayer correspondió al pluviómetro que tiene la Confederación del Segura en el embalse de Camarillas, en Hellín, con 63,2 litros por metro cuadrado registrados en 24 horas.

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