La doble cara de la mascarilla

Teresa Roldán
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La población albacetense agradece quitarse el cubrebocas, pero, por otro lado, hay cierto temor entre muchos ciudadanos a eliminar esta medida de protección sanitaria frente a los contagios del coronavirus o la gripe

Varias mujeres salen de un comercio con sus mascarillas puestas. - Foto: Rubén Serrallé

La publicación en el BOE del Real Decreto por el que decae la obligatoriedad de llevar mascarillas en interiores tras casi dos años de uso obligatorio para luchar contra la pandemia del coronavirus ha sido bien recibida por la población albacetense, aunque mayoritariamente todavía la gente no ha perdido la costumbre de utilizarla y ayer eran más las personas que hacían uso de esta medida de protección sanitaria para evitar contagios que las que optaron por no llevarla en el interior de muchos comercios.

Con los trabajadores de los establecimientos comerciales pasaba un poco lo mismo, algunos por decisión de la empresa y de la plantilla prefirieron seguir utilizando la mascarilla por precaución y otros en cambio lo dejaron al libre criterio de cada trabajador.

Se daba además la circunstancia de que algunos comercios todavía no habían quitado en sus puertas de acceso los carteles indicativos sobre el uso obligatorio de los cubrebocas para los clientes.

Y es que también son muchos los ciudadanos, con independencia de la edad, que siguen haciendo uso de la mascarilla al aire libre, donde ya se eliminó la obligatoriedad el pasado 10 de febrero que entró en vigor el Real Decreto que lo regulaba. La decisión sigue siendo por tanto libre y personal. 

Eso sí, será necesario seguir llevando las mascarillas en los interiores de los centros sanitarios, residencias y todo tipo de transportes y pasará a ser recomendable en eventos multitudinarios, aglomeraciones y para personas vulnerables y de grupos de riesgo. 

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