La llegada del Fundación Albacete a la Primera División se produjo un año después de la marcha de Matías Martínez, entrenador fundamental en el crecimiento de la sección femenina del Albacete Balompié e incluso de su supervivencia en los momentos más delicados del club manchego. Su último banquillo fue el del Granada, en su intento de salvar la categoría en 2014.

Ahora el CFF Albacete, gracias a su colaboración con el Albacer, ha recuperado al técnico con el claro objetivo de mantener y mejorar la estructura femenina del club. «Me llamó Fran Zamora, con el que ya trabajé anteriormente, igual que con Marcos Avilés y Juanon», motores de la Escuela de Fútbol Albacer, «y me dijo que no iba a seguir Nacho Gómez. La verdad es que me apetecía volver a entrenar y en cuestión de minutos llegamos a un acuerdo».

No ha sido a primera vez en la que se intentó su regreso a los banquillos, pero cuestiones personales  lo habían evitado. «Tuve dos hijos y la vida personal reclamaba más atención. Ahora creo que es el momento para poder dedicarle horas al fútbol y volver a entrenar».

La Primera Nacional es lo que hasta el año pasado era la Segunda División, categoría en la que peleó durante muchos años con el Fundación Albacete por conseguir el ascenso a Primera. «La categoría es la misma. Ahora estamos esperando a ver si nos hacen seguir en el grupo de Madrid y Castilla y León o nos cambian al de Valencia, lo que sería más normal y menos costoso para un club modesto como es el nuestro. Es evidente que el fútbol femenino ha sufrido un paso hacia su profesionalización muy importante pero no deja de ser en esencia el fútbol en el que trabajé durante tantos años».

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