Juan Manuel López Piqueras, docente, artista plástico, periodista, muestra su última colección, hasta el día 21 en el colegio San Francisco Coll, en horario lectivo. El pintor comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de Recuerdos.

¿Por  qué Recuerdos?

Porque muchos de los motivos des estas obras son puertas, ventanas, objetos antiguos, todo cosas que han marcado a la sociedad, a nuestros padres y abuelos, y que ahora han quedado en el olvido. Entonces, hace falta recordar todo eso que forma parte de nuestra cultura. 

¿Cuántas obras?

En esta ocasión son 35, incluso con un autorretrato y un homenaje a Van Gogh, también bodegón y paisaje. Cuando dibujo, suelo utilizar carboncillo y también me gusta mucho el óleo. 

¿Diría que puede ser una forma de evitar el olvido?

Es que esos recuerdos indican que hubo personas con ilusiones, por tener una casa, un vehículo y, con el paso del tiempo, esas ilusiones se fueron desgastando, de alguna manera, y nosotros, las generaciones posteriores, no las apreciamos y las hemos dejado en el olvido. 

¿Considera que es más docente que artista plástico o periodista?

La vida, afortunadamente, es muy larda y te lleva por varios derroteros. La verdad es que llevo agarrado a un lápiz desde que tenía tres años, me encantaba pintar y ya con 12 años empecé mi formación en La Roda con un pintor, sobre todo aprendiendo las técnicas básicas. Llegué a estudiar en Valencia, en la Escuela de Bellas Artes pero, después de terminar la carrera, me llamó la docencia, que es lo que me gustaba y, además está relacionado con el periodismo,  porque a los niños se les informa, de una forma coherente, bien, ofreciendo unos valores. Como periodista he tenido unas experiencias maravillosas en la radio, en prensa y tengo muy buenos compañeros y amigos. Todo forma parte de una trayectoria que te hace ser la persona que eres.  

Cómo es su pintura?

Mi pintura es figurativa, realista, no hiperrealista. Para el hiperrealismo, ya está la fotografía. Creo que el hiperrealismo deja poco a la imaginación, entonces, mi pintura, diría, es realista. Me gusta pintar  lo que veo, pero como lo siento, incluso cosas imaginarias, que no están pero podrían haber estado, no están fuera del tiempo ni del lugar. Así que mi pintura es figurativa, realista, con colores vivos y me gusta el paisaje y el bodegón, aunque es otro mundo, otro estilo, pinto sobre un tono más oscuro, para sacar las luces. Cada motivo tiene una técnica distinta dentro de mi estilo, que invita a dar un mensaje de belleza y expresión que tiene cualquier tipo de arte, pintura, música, arquitectura, danza.  

¿Algún motivo preferido?

Dentro del realismo, estoy haciendo mucho retrato, por el dibujo. Con el óleo puedes, incluso, tapar fallos, centrándote en la forma y los juegos de luces y colores, pero en el retrato tienes que buscar parecidos, con un dibujo de mucha observación y puntos de referencia y cálculos; el trabajo con el retrato lo que me permite es progresar. El paisaje y el bodegón también me interesan mucho, sobre todo, el paisaje, por la luminosidad que transmite y en el caso del bodegón, porque te permite hacerlo en tu estudio.  

¿Paisajes de su pueblo?

Algunos hay de La Roda, por supuesto, pero en general, de los sitios que recorro, de toda la geografía. El paisaje urbano me gusta menos, me gusta más la naturaleza. Es verdad que lo más cercano está muy presente, La Roda, Villarrobledo, Albacete, Peñas de San Pedro Chinchilla, que es una ciudad muy pintada por su certamen de pintura rápida.