Julio Jiménez falleció ayer en el hospital Nuestra Señora de Sonsoles de Ávila, al no superar las lesiones que sufrió en un accidente de tráfico el pasado martes. 

El ciclista fue una de las referencias históricas del ciclismo nacional, el escalador que dejó su sello en el Tour, Giro y Vuelta con gestas en agónicas subidas y temerarias bajadas.

El 'Relojero de Ávila' tenía 87 años y una leyenda tras de sí, pero su bondad y su sentido de la amistad probablemente fue muy superior a su palmarés, donde, entre otros logros, firmó cinco etapas en el Tour, con tres reinados de la montaña, cuatro en el Giro y tres en la Vuelta, donde hizo triplete como el mejor escalador.

En aquellos tiempos duros, el aprendiz de relojero se hizo profesional de las dos ruedas a los 25 años y comenzó a destacar en 1960 con sus primeras victorias. En 1962 fichó por el equipo belga Faema, donde había competido anteriormente Bahamontes, donde obtuvo cuatro victorias.

En 1964 recaló en el Kas dirigido por Langarica y llegó su explosión. Fue séptimo en la clásica francesa, donde debutó con 30 años y dos triunfos de etapa, y quinto en la máxima prueba española con título de la montaña y dos etapas. Además se proclamó campeón de España en ruta.

Su capacidad para la escalada se reflejó en 1965 con el premio de la montaña en el Tour y la Vuelta. De inmediato pasó al cuadro de Jacques Anquetil, con el cual forjó una gran amistad, mantenida con sus sucesores hasta la actualidad.

La cima de su carrera llegó en 1966. En el Giro de Italia lució la maglia rosa 11 días, pero finalmente fue cuarto de la general y segundo en la montaña.

dos días de luto. El Ayuntamiento de Ávila decretó ayer dos días de luto, en los que la bandera de la ciudad ondeará a media asta en los edificios municipales, por el fallecimiento Julio Jiménez.