Decir que el campo se muere ya no es un titular fácil, sino una realidad demográfica. Casi la mitad de las explotaciones agropecuarias de la provincia de Albacete tiene al frente a un agricultor o un ganadero con más de 65 años de edad, mientras que el porcentaje de responsables con 34 años o menos no llega ni al uno por ciento de total. 

Este dato es uno de los muchos que se pueden consultar en la última edición del Censo Agrario, que presentaron esta semana en Madrid el subsecretario de Agricultura, Pesca y Alimentación, Ernesto Abati García-Manso; el presidente del Instituto Nacional de Estadística (INE), Juan Manuel Rodríguez Poo, y el subdirector general de Estadísticas de Medio Ambiente, Agrarias y Financieras del INE, Antonio Martínez Serrano.

Los datos del Censo Agrario son públicos, están referidos al año 2020 y se pueden consultar en la página web del INE. Hasta ahora,  se realizaba cada 10 años, pero la intención del equipo técnico que lo elabora es actualizarlo cada año. Además, por primera vez se ofrece información segmentada, no solo  por comunidades autónomas y provincias, también por comarcas.

En lo tocante a la edad de los responsables de las 20.432 explotaciones registradas en Albacete, el INE indica que 9.265 tienen al frente a una persona de más de 65 años, lo que representa el 45% de total. Por contra, el número de agricultores y ganaderos con 34 años de edad o menos es de 778, el 0,04%.

Siendo justos, también hay que reconocer que los datos que reflejan el perfil humano de la agricultura en Albacete también contienen buenas noticias. Por ejemplo, que la incorporación de la mujer al sector avanza a paso firme, porque una de cada cuatro explotaciones --5.433, para ser precisos- tiene al frente a una responsable, en vez de un responsable.

En lo tocante al perfil de las explotaciones, el censo refleja que el sector agropecuario provincial se aleja cada vez más de la imagen clásica del sector primario provincial. Un primer titular sería que los leñosos se acercan cada vez más a los cereales;  un segundo, que el ritmo de crecimiento del porcino es tal que ya le disputa el primer puesto al ovino, el líder tradicional.

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