El FG La Roda completó su semana fantástica con su segunda victoria en tan solo cinco días. Tras vencer el miércoles al CB Villarrobledo con una canasta de McDonald en el último suspiro, el conjunto rodense se embolsó la victoria con mayor tranquilidad ante un CB Cornellà que no jugaba un partido desde el pasado 17 de octubre. El encuentro se empezó a romper en un segundo cuarto donde el equipo dirigido por Antonio Moya puso tierra de por medio con un parcial de 0-9. A partir de ahí, el conjunto visitante se alimentó de la desesperación del conjunto azul y se dedicó a gestionar la ventaja en el marcador hasta el 49-74 final.
Una vez se prueban las mieles del triunfo, uno se acaba volviendo adicto. Sino que se lo pregunten al FG Roda, que ya acumula su segunda victoria seguida tras encadenar cuatro derrotas en el inicio de temporada. Tras superar sobre la bocina al CB Villarrobledo (64-63), el conjunto albaceteño firmó su mejor partido del curso en la pista del CB Cornellà. Tras pasar un auténtico calvario con los positivos por covid, que le ha dejado más de un mes sin competir, el conjunto local trasladó su desgracia sobre el parqué en un partido en el que casi siempre fue a remolque.
Casi siempre porque empezó con un parcial de 4-0, pero con el paso de los minutos y el cruce de las fronteras de los cuartos, se fue diluyendo como un azucarillo. El conjunto rodense se hizo con una ligera ventaja en los primeros 10 minutos (16-20), pero fue en el siguiente periodo cuando sacó el mazo para empezar a aplastar a su rival con un parcial de 0-9. Un rival que, huérfano de su estrella Toni Vicens, poco pudo hacer para protegerse del vendaval visitante. El 25-37 al filo del descanso dibujaba el camino hacia una victoria apacible.
Tras el paso por los vestuarios, se cruzó la desesperación del CB Cornellà con la brillantez del FG La Roda. Una combinación que solo hizo que seguir dinamitando un marcador sospechoso de dar una paliza. Los recursos del equipo dirigido por Antonio Moya eran infinitos: los triples de Adon, la muñeca de McDonald y la batuta de Jorge Martínez. Caminos absolutamente inescrutables para los jugadores del conjunto azul, que deambulaban sin rumbo por el Parc Esportiu Llobregat.
La única incógnita que acompañó el final del partido fue por cuanto acabaría venciendo el FG La Roda.