Piden 25 años de cárcel para una madre por asesinato intentado

J.G.
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Según la Fiscalía, la procesada trató de que perdiera la vida por inhalación del gas de dos bombonas

El juicio se celebrará en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial. - Foto: J. M. Esparcia

La Fiscalía pide 25 años y un día de prisión para una mujer por intentar asesinar a su hijo con gas, tras intoxicarlo con melatonina y cerveza. Además solicita que no pueda acercarse al pequeño en un periodo de 27 años y que tras abandonar la cárcel esté cinco años en libertad vigilada. El juicio se celebrará el lunes, en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial.

Según el escrito de acusación de la Fiscalía, en la mañana del 6 de agosto de 2021, la procesada B.S.D.B.T., nacida en Burkina Faso, quien había mantenido una relación sentimental con J.K.F.,  de la que había nacido un niño, que en esa fecha tenía tres años de edad, A., ideó, para acabar con sus problemas, poner fin a su propia vida y a la del menor.

Para ello, adquirió un regulador y una goma, aunque luego cambió dicha goma por otro regulador para las bombonas de butano. Después se fue a una farmacia donde adquirió una caja de pastillas de melatonina. Con dichos efectos en su poder, y una vez que estaba con su hijo en su domicilio, trituró las pastillas que contenía la caja y las mezcló con la comida que había preparado, dándole de comer al niño, la mezcla, suministrándole también una botella de cerveza para que se adormeciera. 

Una vez que el menor tomó la comida y bebió la cerveza, sobre las 15 horas aproximadamente, la procesada pasó al dormitorio de matrimonio, donde previamente había colocado dos botellas de butano, una a cada lado de la cama, y abrió el regulador de cada una de ellas, comenzando a salir el gas, regresando a los cinco minutos aproximadamente, ya en compañía del menor y con el serio y decidido propósito de suicidarse, así como de ocasionar la muerte del niño, una vez que se hubo dormido.

La llamada. En ese momento, la acusada procedió a llamar a su madre, comunicándole la decisión que había adoptado y los medios que para ello estaba empleando, por lo que la madre, que vivía en Burkina Faso, telefoneó a su exmarido y padre de la procesada, residente en Albacete, con el fin de que fuera a casa de su hija y evitara que consumara su propósito.

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