Editorial

Una IGP para la cuchillería demandada desde hace tiempo

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Ahora estamos en un momento crucial para el sector cuchillero

La directora general de Asuntos Europeos de la Junta de Castilla-La Mancha, la albacetense Virginia Marco, asegura que la Indicación Geográfica Protegida (IGP) para productos artesanales, como es la cuchillería de Albacete está más cerca que nunca. Así lo manifestó en la entrevista que concedió a La Tribuna de Albacete. Marco asegura que el sector cuchillero albacetense, concentrado en torno a la Asociación de Cuchillería y Afines (Aprecu) fue «uno de los sectores de toda Europa que más se ha involucrado en la defensa de una protección europea para los productos artesanales». Junto a la cuchillería, se unieron a la solicitud de esta IGP la espada y el damasquinado de Toledo, los encajes de Almagro, los mimbres de Cuenca y Priego, el oficio de Lagartera y el calzado de Fuensalida, entre otros.

En la actualidad, la tramitación de la IGP de productos artesanales está a la espera de la tramitación legislativa en el Parlamento y el Consejo Europeo, que son los órganos que deben aprobar el reglamento. Marco prevé que esta burocracia «no se prolongará muchos meses» y la Junta de Comunidades presiona a los organismos europeos para que así sea y la nueva IGP sea una realidad en el menor tiempo posible.

Si la cuchillería albacetense abre esa vía de la protección, por delante tiene un amplio abanico de posibilidades y desarrollo de un sector tradicional que no pasa por su mejor momento en la actualidad. Para la directora general de Asuntos Europeos, ese logro «no sólo será un valor patrimonial y cultural, sino también un valor económico». Sin duda alguna, hay que estudiar fórmulas para revitalizar un sector que tiene en el relevo generacional uno de sus obstáculos más graves, así como la atomización de las empresas, en muchos casos convertidas ya en micropymes.

La cuchillería es una seña de identidad de la ciudad e, incluso, de la provincia. La calidad es su bandera y la globalización y la falta de medidas de protección en los mercados fueron sus amenazas más graves. Ahora hay que dar un empujón a esa IGP, porque es el paso que durante décadas reclamaron los cuchilleros a todos los presidentes autonómicos y nacionales, sin conseguir ningún resultado positivo. La consecuencia fue la invasión incluso del mercado nacional de copias asiáticas de mala calidad, es decir, proliferó la competencia desleal. Por el camino se quedaron empresas locales que generaban riqueza en Albacete.

Ahora estamos en un momento crucial para el sector cuchillero. Si el Parlamento y el Consejo Europeo no aprueban el reglamento de la IGP, el futuro para los sectores artesanos se complicará, y mucho.