Cuando arrancó el campeonato nadie  esperaba que equipos como el Burgos o el Albacete estuvieran en las primeras posiciones de la clasificación. El recién ascendido Albacete ha sorprendido no solo por sus resultados, también por su fútbol alegre y ambicioso, jugando de tú a tú frente a rivales llamados a estar arriba y con presupuestos mucho mayores. La realidad nos puede llevar a pensar que en algún momento esa efervescencia provocado por el ascenso y los buenos resultados del inicio de temporada se acabarán.

Ahora mismo se lleva una racha de ocho encuentros sin perder, pero con muchos empates que han sido celebrados al conseguirse en campos tan complicados como Mendizorroza, Ipurúa o El Molinón. La afición del Alba está encantada con su equipo, por su forma de jugar, por como afronta los partidos y por como se disfruta en el campo, más allá de los resultados. Muchos sueñan con luchar por algo más que la permanencia, objetivo claro  y del que nadie quiere desviarse, pero está claro que ganar hoy al Levante sería dar un puñetazo en la mesa y demostrar que el Alba puede ser capaz de mantenerse ahí arriba el tiempo que haya falta y que sus aficionados van a pasar una temporada de lo más divertida, olvidando las penurias del pasado.

El Levante presenta posiblemente a la plantilla más potente de la categoría. Jugadores con sobrada experiencia y llamados al ascenso. Quizás por ello la presión es máxima y se presenta en el Carlos Belmonte en la jornada 15 con su tercer entrenador en el banquillo.

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