Como los grandes emperadores romanos de su Bética andaluza, Carlos Herrera, el número uno de la radio en España, llegó a Albacete con su COPE, vio la maravilla del Teatro Circo y venció ante un público rendido. El elogio documentado y sentido que hizo al teatro circo operativo más antiguo del mundo, ante la millonaria audiencia de su programa matinal, es oro molido para su difusión. Al igual que meses atrás hiciera otra grande como Àngels Barceló en la SER, Herrera se rindió en directo ante la belleza y monumentalidad del Teatro Circo de Albacete. Tienen que venir de fuera para defender, a veces con más pasión que los nuestros, esa singularidad que vio en su día el Pleno del Ayuntamiento para iniciar el camino a su declaración de patrimonio mundial de la humanidad de la Unesco. Gracias a este maestro de la radio por vender con tanto corazón y pasión el Teatro Circo y nuestro Albacete ante su mayoritaria audiencia. Es cierto que siempre ha estado rodeado de paisanos que le inoculan el albaceteñismo. Cada día tiene al lado a esa todoterreno de la radio española que es su Marijose Navarro. Hija de un grande de la radio de Albacete como fue Pepe Navarro. Tuve la suerte de conocerle y tratarle. Poseedor, Pepe, de una de las mejores voces que ha dado nuestra radio. Por cierto, espectacular y merecida la ovación a la paisana Navarro por los albacetenses congregados en el Teatro Circo. Y qué decir de su amigo del alma, Ramiro López. Ramiro y Carlos Herrera se han unido muchos años en Albacete bajo el humo del mejor puro habano y entre sorbos del excelente vino manchego. Es cierto, como le recordó en pleno programa el admirado Naranjo, que Herrera ha visto amanecer varios días en Albacete. En más de una madrugá de nuestra Feria, le hemos ha visto acodado en la barra de la caseta de los Enemigos del Agua. A Herrera lo admiro. Es un gran comunicador. Quizá el último grande en activo. Confíe siempre en personas como Carlos Herrera a las que le gustan los toros, los puros y la copla. Y, además, tienen la suerte de contar con amigos como la Navarro y Ramiro López. Gracias, Carlos.