Durante las décadas de los cincuenta, sesenta y setenta muchos castellano-manchegos tuvieron que dejar sus pueblos y una región que ni siquiera todavía existía. En sus nuevas ciudades de adopción, en Madrid, Cataluña, País Vasco, lejos de su tierra, fueron creando las casas regionales. 

Medio siglo después de esos movimientos migratorios, los integrantes de las comunidades originarias se han juntado en las Cortes para celebrar el cuarenta aniversario del Estatuto de Castilla-La Mancha y, por lo tanto, de su creación como comunidad autónoma. También asistieron los representantes de las casas regionales de otras comunidades autónomas que se han creado en Castilla-La Mancha, pues también aquí llegaron trabajadores extremeños o andaluces. La edad de la mayoría de los participantes delataba precisamente que estas casas regionales son testigos de una época. 

«Creo que ya nos merecíamos poder reunirnos físicamente», apuntó Vicente Morales, secretario de la Federación de Comunidades Originarias de la Comunidad de Madrid. «Aunque a veces los eventos culturales castellano-manchegos sean complicados de realizar y requieran de un elevado esfuerzo, nos transportan a nuestra tierra de origen», confesó, «nos mata un poco el hambre y la sed no poder respirar el aire de nuestra infancia, nuestra tierra, nuestros pueblos».

Las casas regionales recibirán una ayuda por el 40 aniversario - Foto: Javier PozoEse esfuerzo que realizan se verá compensado tanto económicamente como en forma de reconocimiento. El presidente de la Junta, Emiliano García-Page, anunció que se va a dar una ayuda especial a todas las casas regionales con motivo del 40 aniversario del Estatuto. Precisó que será una iniciativa que plantearán las Cortes regionales y espera que cuente con la unanimidad de todos los grupos parlamentarios. Además él se comprometió a que en todos los actos del Día de la Región haya al menos un reconocimiento a algunas de estas entidades, a sus proyectos o socios destacados. «A partir de ahora tendréis un hueco el 31 de mayo siempre», recalcó Page, «que la gente sepa en esta tierra que hay muchos que tuvieron que irse».