«Con estos poemarios se puede identificar mucha gente»

Antonio Díaz
-

El poeta y dramaturgo Frutos Soriano acaba de editar un volumen doble Niño de mamá. Un hombre alegre. El autor comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de este poemario

Frutos Soriano. - Foto: José Miguel Esparcia

El poeta y dramaturgo Frutos Soriano acaba de editar un volumen doble Niño de mamá. Un hombre alegre. El autor comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de este poemario.

¿Dos libros en uno?

Así es, son dos poemarios reunidos, Un hombre alegre, dedicado a mi padre, que falleció durante la pandemia, el 1 de abril hace dos años. Este primer poemario es el duelo por la muerte de mi padre. Luego, Niño de mamá esta dedicado a mi madre, entonces, pensé que era una buena idea juntarlos ambos, con dos cubiertas, en la que aparecen ellos en dos momentos distintos de su vida.

¿Cómo es Un hombre alegre?

Un hombre alegre es la forma en la que yo despedí a mi padre, con lo cual se habla de nuestra relación, que creo que fue muy típica de mi generación y de la suya, de cariño y a la vez de dificultad por la diferencia de criterios. Mi padre era un hombre volcado en el trabajo, con dificultades para expresar ciertos sentimientos. Me parece también la expresión de la relación entre muchos padres y sus hijos. Por lo que me han comentado ya, es un libro que trasciende mi historia personal, para ser una historia en la que se reconoce mucha gente de nuestras generaciones.  

¿Es muy diferente el otro, Niño de mamá?

Se titula así porque es un guiño al vínculo que he tenido siempre con mi madre por ser hijo único;un vínculo fortísimo y también difícil, que puede provocar algún problema en la edad adulta. Con estos poemarios, como decía, se puede identificar mucha gente que tuvo una infancia parecida y no diría yo que en el libro aparezcan episodios de lo que ahora se llama bullying, pero sí algo parecido. Yo era un niño pequeño, con enfermedades  y me costaba mucho el tema de la relación con los compañeros. Eso está también, ahí, presente, un tipo de personalidad que puede ser blanco del bullying y en ese aspecto, muchos también se pueden sentir identificados.  

¿Utilizó voces distintas para las dos obras?

Sí, con voces distintas. La voz que utilicé en Un hombre alegre es de un tono conversacional, un tipo de poesía muy cercana formalmente a la de Charles Bukowski. Poemas sencillos, sin apenas imágenes líricas,  crudos. Luego, Niño de mamá es un poco más lírico, utilizo más procedimientos poéticos, aunque es también un libro de línea clara, fácil.  

Destaca que son libros con los que muchos pueden identificarse también...

Totalmente, incluso me ha llegado algún chico joven que se ha sentido identificado con alguna situación, con aquello de sentirse un poco distinto, porque en los colegios está muy presente evitar esas situaciones de bullying. Creo que, como muchas veces suele suceder en poesía, estos nacieron como catarsis personas, pero luego se convierten en algo universal, que trasciende a la persona. 

¿En ambos se aleja se su línea poética?

Sí, son distintos. Lo que más he hecho en los últimos años es haiku y estos, aunque la sencillez del haiku esté presente, son totalmente distintos. Es el primer volumen de poemas que publico desde Gárgolas, en 1997. Claro, es muy distinto, porque Gárgolas era más culturalista, y este es mucho más despojado. El haiku me ha servido también  para avanzar en esa línea de despojamiento. 

¿Qué proyectos literarios tiene, poesía, teatro?

En La Isla de Siltolá va a aparecer un libro de haiku, Semillas de olmo. Estoy muy contento porque La Isla de Siltolá tiene muchas colecciones, entre ellas Atracción Haiku, en la que han publicado gente que me encanta. Luego, con teatro seguiré, con los compañeros de Ea! Teatro, que me piden obras y eso me da muchas satisfacciones. Poesía, que no he publicado en los últimos años, la veo muy presente, estoy escribiendo y algo saldrá.