Paco Mora

Paco Mora


Sánchez se da el pico sin pudor con el separatismo catalán

30/07/2022

«A Dios rogando y con el mazo dando» dice el refrán. Y eso es lo que están haciendo los políticos que padecemos, que se han convertido en especialistas del truco, la mentira y  el engaño, que parece igual pero no es lo mismo, sean madrileños,  catalanes, vascos o adventistas del séptimo día.
Pedro Sánchez, de manera simultánea al zafarrancho en su gabinete, se da el abrazo de Vergara con el gobierno separatista catalán, a cuya sombra busca cobijo para intentar no tenerlo enfrente en los periodos electorales que se avecinan. Si para continuar en La Moncloa le sirviera a Sánchez pactar con Putin y tocarle las palmas como fondo a sus salvajes  bombardeos a Ucrania, no cabe duda alguna de que lo haría. Así es el personaje. Y como la mediocridad es un ambiente en el que se mueve como pez en el agua, no tiene ningún temor a que la moza le salga respondona.
La señora Borras, que se había erigido a sí misma en la Agustina de Aragón del independentismo catalán, a la sombra de la presidencia del Parlament, ha sido la primera victima propiciatoria del petit president. Ella tan lozana y tan bravía ha salido del cargo como gato que le cortan el rabo, con un rictus de asco y un hipócritas dirigido a los que primero la utilizaron y ahora la hacen servir como moneda de cambio, dejándola en la cuneta abandonada a su suerte.
El petit de la Plaza de Sant Jaume,  que de tanto estirarse para verle la cara a Sánchez cuando hablan, cualquier día estalla en mil pedazos, se crece con la intriga. Aunque ¡ojo con los pequeñines, que Pujol tampoco era un gigante y durante años los trajo a todos de cabeza! Y ahora el nuevo petit lleva el mismo camino.