«Una pequeña muestra del legado de Miguel Barnés es mucho. Representa su empeño por sacar a los olvidados de la lista de desaparecidos, de sus vidas perdidas en el limbo de la arena del exilio». Así comienza el texto elaborado por Alberto Pérez Carbonell para el catálogo de la exposiciónSaharauis, una mirada a la esperanza, inaugurada hoy y que podrá visitarse en la primera planta del Museo Municipal (Plaza del Altozano) hasta el 30 de junio.
La muestra, organizada por la Asociación de Amistad con el PuebloSaharaui de Albacete, recoge 30 obras del añorado pintor ibañés, fallecido en 2011, que fueron cedidas por particulares y los ayuntamientos de Higueruela y Tarazona de la Mancha. Esas pinturas son un reflejo de lo que vio el artista en su visita a los campamentos saharauis en 1996, obras de diversos tamaños y texturas en las que supo trasladar al espectador esa sensación de exilio y de calor asfixiante a través de sus retratos de jóvenes, mujeres y ancianos o las representaciones de corrales, jaimas y dunas.

Según explicaba el director gerente de Cultural Albacete, Ricardo Beléndez, ese era el objetivo del viaje, las obras y el libro que se editó posteriormente: «trasladar a la sociedad, a través de la cultura, la situación de esas personas». 
«Entonces todos confiábamos en que esto llegaría a su fin, pero no es así y la lucha tiene que seguir. Paz, libertaz, justicia, autodeterminación y tierra eran las reivindicaciones del pueblo saharaui en 1997 y siguen siéndolo en 2022», añadía Beléndez, quien también presidiera la asociación que organiza la exposición. Ese cargo lo ocupa ahora Nemesio Valcárcel, quien también asistió a la inauguración y agradeció «el apoyo que siempre ha dado el Ayuntamiento de Albacete a nuestras actividades».

También asistieron a la inauguración varios representantes de la Corporación municipal, entre ellos Juani García, edil del área de Atención a las Personas, quien aseveraba en su intervención que «Miguel Barnés nos dejó demasiado pronto, pero también dejó huella en todos nosotros», remarcando que «esa mirada a la esperanza nos hace falta que nunca», en alusión a la enquistada situación del pueblo saharaui.