La Policía Nacional afirma que el acusado no se resistió

J.G.
-

Los agentes encontraron un "reguero de sangre increíble" que iba de la puerta del establecimiento a la cocina

Imagen del acusado durante la vista. - Foto: J. G.

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial acoge esta mañana la segunda sesión del juicio contra el cocinero de un restaurante chino para el que la Fiscalía pide 36 años de cárcel, por intentar matar a cuatro personas en el establecimiento. 

En la vista de hoy, por el momento, han declarado varios agentes de la Policía Nacional, que han señalado que el acusado no se resistió a su detención. "Cuando llegamos estaba sentado en una mesa y vino hacia nosotros, estaba todo lleno de sangre y lo redujimos y lo dejamos en el suelo. El acusado no se mostró agresivo, estaba como bloqueado. No se resistió, pero hubo que hacer fuerza para reducirlo, porque era corpulento".

Los policías también explicaron que el escenario era un caos y que todo estaba lleno de sangre. "Había un reguero de sangre increíble, no podíamos andar, porque patinábamos". También explicaron como encontraron a dos de las víctimas fuera del establecimiento, que ya estaban siendo atendidas por ciudadanos y que se encontraban conscientes, por lo que entraron al local, porque les hicieron indicaciones de que allí "estaba el malo".

La sangre llegaba desde la entrada del establecimiento, hasta la cocina, donde se encontraba una de las víctimas, que tenía un cuchillo clavado en el brazo y mucha sangre en el suelo. De hecho, la cantidad de sangre era tal, que como narró uno de los agentes, los sanitarios pusieron sábanas por el suelo para no patinar y poder andar por el restaurante.

Durante la vista, el abogado de la defensa, José Luis Aparicio González, volvió a poner en duda que en lo que a las grabaciones de seguridad se refiere se hubiera respetado la cadena de custodia de las mismas por la Policía Nacional, con el fin de evitar su manipulación. Sin embargo, el que era jefe de Homicidios de la Policía Nacional de Albacete en ese momento afirmó que "la cadena de custodia fue respetada en todo momento".

También se mostró convencido de que las imágenes no habían sido manipuladas, aunque reconoció que él no era un experto informático.