Es un enamorado de los animales y un fervoroso admirador de los ciervos. Caminando hacia los 30 años de trabajos en la granja experimental de cérvidos de la Universidad de Castilla-La Mancha, Tomás Landete, catedrático de Producción Animal, ha participado, a través del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC), en un estudio que demuestra que el extracto de cuerna de ciervo es un anticanceroso tan potente como la quimioterapia utilizada para tratar un cáncer cerebral denominado glioblastoma.

¿Cómo llega al IREC y por qué?

Después de hacer la tesis en Inglaterra me surgió la oportunidad de volver a Albacete para trabajar con Laureano Gallego, que tuvo la visión de que la caza en Castilla-La Mancha era importante y el ciervo también. Con la ayuda de mi compañero Andrés García, que la gestiona todos los días, hemos conseguido la que se considera una de las tres mejores granjas experimentales de ciervos de todo el mundo. Ahora que se ha descubierto que la cuerna de ciervo es un anticancerígeno, tener una granja experimental de ciervos en Albacete puede tener interés hasta para las farmacéuticas.

¿A qué año nos remontamos?

Yo llegué a Albacete desde la Universidad de Nottingham donde fui a hacer mi tesis en 1994. Laureano se interesó especialmente por la lactación, la producción de leche y el crecimiento de los gabatos. Recuerdo que en 2004 publicamos un artículo, después de analizar un montón de muestras de leche, en el que demostramos que las ciervas producen una leche con una composición distinta para los hijos de la que producen para las hembras. Esto se consiguió gracias a un enfoque diferente en el que mezclamos Producción Animal, Agronomía y Zoología.

¿Adivinó por entonces los beneficios que tienen los ciervos?

Teníamos el mismo prejuicio que todo el mundo: esto los chinos lo utilizan contra la impotencia, pero no era así. Como tengo mejores amigos fuera de España que dentro, el mejor experto del mundo en cuernas de ciervo me invitó a dar una conferencia en China. En el aeropuerto vi los precios de las cuernas y me di cuenta de que alcanzaban un precio de 1.300 euros el kilo. Compré una muestra e iniciamos un proyecto para ver si podíamos producir esta cuerna en Castilla-La Mancha para convertirla en una fuente de riqueza. Volví a China y me di cuenta de que había comprado la cuerna más barata, porque en el equivalente a la calle Serrano de Madrid, pero en Pekín, había una farmacia de medicina tradicional donde las puntas de cuerna de ciervo valían 21.000 euros el kilogramo y las secciones entre 4.000 y 6.000 euros el kilo. 

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