Como otros muchos sectores de Villarrobledo el del textil está gravemente afectado con la pandemia del Coronavirus y los ingresos que podrían llegar de la venta de género para el Carnaval se desmoronan con la suspensión de la fiesta declarada de Interés Turístico Nacional.
La facturación que en algunos de los establecimientos con solera podría rondar los 7.000 euros brutos no llegan a los 2.000 y las ventas se reducen a tejidos para elaborar mascarillas, principalmente.
Con todo, los comerciantes tiran del stock y de las pocas ventas que realizan para talleres de costura en el servicio municipal de la Universidad Popular que también ha reducido el aforo de alumnos en las aulas.
"Nos da para comer y pagar. Lo justo. El Carnaval era un respiro para las ventas y ahora no tendrá lugar por la pandemia que nos mantiene con pesimismo y mucha incertidumbre", dicen.