Los ciudadanos hacen frente, cada año, a una larga lista de tributos y el Ayuntamiento es una de las administraciones que recauda parte de ellos. Aunque este año los ingresos del Consistorio se verán mermados a causa de la crisis del coronavirus, las cantidades que se desprenden de este apartado no son nada desdeñables.
En concreto, el Presupuesto Municipal incluye en su capítulo I de ingresos los derivados de los impuestos directos, aquellos que tienen que ver con el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), el de Actividades Económicas (IAE), el de Circulación, la Plusvalía y el IRPF, a través de los que el Consistorio capitalino prevé ingresar este año 65,9 millones de euros, 1,3 millones menos que en el ejercicio anterior.
El Ayuntamiento estima que recaudará por el IBI en torno a 43 millones de euros, de los que 42.100.000 se corresponden con los bienes de naturaleza urbana (viviendas, garajes, locales, etc), 1.260.000 euros con los de naturaleza rústica (solares) y 130.000 euros con los de características especiales.
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