El historiador Ángel Viñas presenta en febrero su nuevo libro

Emilio Martínez
-

La Asociación Arte y Memoria le ha concedido al rodense el primer premio Albert Camus

Imagen del historiador rodense, Ángel Viñas Martín. - Foto: Emilio Martínez

No hay año nuevo sin libro nuevo. Es como un sello, una vitola propia que le caracteriza a Ángel Viñas Martín, el más prolífico de los historiadores españoles de todos los tiempos. Algo a lo que este intelectual de raíces y sentimientos rodenses no otorga ninguna importancia. «Yo hago lo que creo que en conciencia debo hacer y no me importa lo que hagan mis colegas», como explica a La Tribuna con la humildad que la caracteriza. Y es que a pesar de las numerosas obras sobre lo acontecido en España inmediatamente antes, en y después de la República, que sumanmiles de páginas tenía algo así como una espina clavada. Y a ella se refiere en parte con su nuevo y voluminoso libro, Oro, guerra, diplomacia. La República española en tiempos de Stalin, que presentará el próximo día 1 de febrero en el Ateneo de Madrid. Una obra que lleva gestándose desde hace más de medio siglo, cual confiesa, ya que en principio deriva de sus primeras investigaciones, que llevó a cabo por indicación de otro economista que tras la muerte de Franco sería vicepresidente del inicial gobierno de la democracia, Enrique Fuentes Quintana, y autor del milagro del acuerdo con todos los partidos que fueron los Pactos de la Moncloa. Su objetivo -sobre el que después Viñas ha publicado un libro y está en el centro de su famosa trilogía sobre la República en guerra que escribió con nuevos documentos republicanos y soviéticos entre 2005 y 2009 - fue  el famoso oro de Moscú, centrándose en los papeles del Banco de España y del Ministerio de Hacienda.
De aquella labor investigadora salió dos años más tarde un libro que retiró la censura, del que logró quedarse con dos ejemplares, uno de ellos donado hace poco a la Biblioteca de La Roda. «Luego, seguí por mi cuenta con papeles del embajador republicano en Moscú que nadie conocía. Hice una versión más amplia en 1979, que está superagotada. Pero no quedé contento ni satisfecho del todo porque había todavía muchos huecos». Así que desde 2014 ha ido recopilando más papeles soviéticos y de otras procedencias para desentrañar los cuatro enigmas que todavía quedaban y que ocupan dos capítulos en este reciente libro. 
«Nunca hay historia definitiva, pero los enigmas están ahora muy bien situados, en espera de que los rusos respondan, si responden. De todas formas, tendrán difícil refutar las afirmaciones que he documentado». Sí que le extraña que los historiadores españoles nunca se interesaran por este polémico asunto: «Han sido incapaces de ir tan lejos como servidor. Las cuestiones que quedan por aclarar las he indicado repetidamente. No podrán resolverse ya con documentos españoles». 

 

(Más información en edición impresa y en la APP de La Tribuna de Albacete (https://latribunadealbacete.promecal.es)).