El veto al diésel ruso aún no se nota en los precios

A.G.
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Ignacio Sotos, vicepresidente de la asociación provincial de estaciones de servicio, lamenta la «incertidumbre» acumulada para el sector y sus clientes y cree que el incremento llegará «a medio plazo»

El veto al diésel ruso aún no se nota en los precios - Foto: Rubén Serrallé

El veto a la importación de diésel ruso, que entró en vigor el domingo en la Unión Europea, ha supuesto un motivo más de incertidumbre en el sector económico de los combustibles, otro más que sumar a la larga lista que han surgido en los últimos meses.

Algunas colas en puntos de suministro de otras ciudades dejaban ver en los últimos días que de nuevo aparece el temor a una subida drástica de precios por falta de oferta o un mayor coste del combustible procedente de otros lugares. De momento, la decisión no ha influido en los postes de precios de las gasolineras, pero sí se prevé que pueda hacerlo más adelante, según indicaba Ignacio García Sotos, vicepresidente de la Asociación Provincial de Estaciones de Servicio de Albacete. 

«No se ha repercutido todavía en el precio, porque casi todas las naciones han estado almacenando producto, pero se prevé que haya una falta de suministro y que los precios vayan subiendo progresivamente a medio plazo, porque está la opción de otros países productores, pero los desplazamientos son mayores y los transportes van a encarecer el precio» explicaba al respecto este empresario del sector, precisando después que las previsiones pasan por «estabilidad a muy corto plazo y subida paulatina cuando entremos en primavera y verano, con un previsible aumento de la demanda del producto».

«En cualquier caso, la estabilidad aquí ya es relativa, ya no es anual, sino diaria o semanal como mucho», proseguía Sotos, quien remarcó que «incertidumbre es la única palabra que puede definir la situación del sector y de los clientes, ante este conglomerado de circunstancias». Para justificar esa opinión, aseguró que «unas semanas el precio sube, otras baja, unas nos dicen que no hay problema de suministro y en otra que nos vamos a quedar sin combustible. Llevamos arrastrando esta incertidumbre desde que el Gobierno decidió que teníamos que hacer un descuento de 20 céntimos de nuestro bolsillo y ese dinero nos lo abonaría en torno a dos meses. Mientras tanto, el sector ha estado financiando todas las reposiciones de combustible, con una compra mínima por semana, que nos cuesta entre 60.000 y 80.000 euros».

En cuanto a la situación de las estaciones de servicio albacetenses, Sotos indica que «ahora mismo no sabemos qué hacer. Los precios nos suben y bajan de una manera tan abismal que nos es imposible establecer un margen de beneficios. Con esas diferencias tan grandes, las cuentas de resultados las tenemos locas y nos sentimos tan perjudicados como los consumidores, que no saben a que atenerse, si llenar el depósito o esperar porque no tienen ninguna información, al igual que nosotros».  

 

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