La Empresa Nacional de Innovación (ENISA),+ financió en el año 2022 un total de 6 operaciones en Castilla-La Mancha por valor de 791.000 euros, concediendo apoyo financiero a pequeñas y medianas empresas que quieren impulsar sus proyectos de emprendimiento innovador.
La organización, dependiente de la Dirección General de Pymes del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, ofrece de esta forma apoyo a proyectos empresariales viables a través de una alternativa de financiación que permita diversificar las fuentes a las que acudir.
Por provincias, Toledo lidera la lista con dos operaciones por valor de 312.000 euros; le sigue Guadalajara también con dos operaciones por un importe de 244.000 euros; Albacete registró una opreación por importe de 135.000 euros; y finalemente Ciudad Real, con una operación por 100.000 euros.
Castilla-La Mancha sigue representando una parte muy pequeña del volumen de operaciones de la entidad nacional, siendo Madrid y Cataluña las que lideran esa actividad. Así, en el año 2022 ENISA aprobó un total de 642 operaciones, por un importe de más de 105,5 millones de euros, siendo la mayor inversión anual de su historia, con un número récord de aprobaciones.
Es por eso que «ENISA contará en 2023 con un presupuesto inicial de más de 130 millones de euros, pendiente de que vayan materializándose los correspondientes convenios para la dotación de líneas con el Ministerio de Industria y otros ministerios que aporten los fondos tanto de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) como del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR)», señala su CEO, José Bayón, quien añade que «además de su papel como financiadora en este año, ENISA acometerá nuevas competencias vinculadas a la recién aprobada Ley de Startups, como acreditadora del carácter innovador y la escalabilidad de las empresas emergentes; el Marco Estratégico en Política de Pyme y el desarrollo de la Marca España Nación Emprendedora».
Instrumento de financiación para el emprendimiento innovador
La Empresa Nacional de Innovación (ENISA) fue creada en 1982 para invertir de forma directa en el capital de empresas de base tecnológica, aunque a partir de 1995 se orientó a la asignación de préstamos participativos, un instrumento de financiación a largo plazo con un interés variable que depende de los resultados de la empresa. De este modo, están considerados como una herramienta para capitalizar empresas en sus primeros estadios de desarrollo.