"No vemos con optimismo 2023". Así ha empezado el presidente de la patronal regional su análisis de balance del año que terminó hace un mes y sus perspectivas respecto al que acaba de arrancar. Aunque 2020 cerrase con un crecimiento del PIB del 5,5%, Ángel Nicolás, precisa que "aunque pueda parecer elevado, lo vemos con precaución y preocupación". El presidente de Cecam apunta a un efecto "escalón", con un crecimiento que duró la primera mitad del año arrastrando los datos de recuperación de 2021, pero que desde el verano ha mostrado síntomas de debilitamiento. Alerta además de que las previsiones para 2023 "evidencian esa ralentización".
Esta desaceleración de la economía tendrá su repercusión en el mercado laboral, tal y como avanzó el presidente de la Confederación de Empresarios. "La previsión de crecimiento es tan solo un 1,1% en 2023", comentó, "y ya se sabe que en este país por debajo del 2% no se crea empleo". Por eso vaticina que este 2023 "va a ser sin duda un año complicado", pues si las empresas no crecen, no pueden mantener su nivel de empleo". Señala que algo se está viendo ya con los últimos datos del paro. No se refiere tanto a que creciese en enero, que es un mes poco favorable, sino a que en los meses anteriores el incremento interanual respecto a 2021 era ya muy reducido.
Entre las causas de esta desaceleración, mencionó el impacto de la subida de los costes. Expone que han crecido un 14 por ciento más que las ventas. "Está asfixiando a las pymes, especialmente a las más pequeñas y autonómos". Señaló que eso le preocupa mucho en una región como Castilla-La Mancha en la que solo hay un centenar de empresas con más de cien empleados y aproximadamente el 98 por ciento no llega a los cincuenta. "Hay que pisar más tierra, hay que salir a darse una vuelta no solo por las ciudades, sino ir a los pueblos", comentó Nicolás. Añadió que esos pequeños empresarios o autónomos la frase que más repiten es que "no me llega". "Yo estoy hablando de la ruina de un empresario y de su familia, de su proyecto vital", apostilló.
Para vaticinar un año complicado en el empleo, le suma que a las empresas los costes laborales unitarios le han subido un 9,7 por ciento respecto al cuarto trimestre de 2019, el último antes de llegar el coronavirus. Recuerda que el salario, el que recibe finalmente el empleado es el "60% del coste laboral total, el resto se lo lleva el Estado". Avisa de que los mayores costes laborales, el incremento de las cotizaciones o la subida del salario mínimo "va en la dirección contraria al objetivo de mantener y crear empleo".
Otra derivada es la del incremento de los tipos de interés que está aprobando el Banco Central Europeo para controlar la inflación y que provoca un encarecimiento de la financiación. El secretario general de Cecam, Mario Fernández, explica que suele tener un "efecto postergado", pero que ya en el cuarto trimestre del año se aprecia un "desplome" de la inversión y el consumo. "Nos han anunciado que en marzo o abril tienen pensado otro medio punto", lamenta, pues cree que afectará muy negativamente a las empresas. Sabe que el Banco Central Europeo solo tiene en el punto de mira controlar la inflación, pero señala que no se trata de una inflación "debida al exceso de demanda, sino de costes que nos vienen dados, como los energéticos, las materias primas o las cadenas de aprovisionamiento rotas".