La Diputación de Albacete aprueba unas cuentas de fin de ciclo

E.F
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El portavoz socialista, Fran Valera, reconoce en el pleno de los presupuestos que cierran mandato no saber "cuanto tiempo se podrá mantener" el actual ritmo de inversión

El Pleno de la Diputación de Albacete. - Foto: E.F.

La Diputación Provincial de Albacete aprobó esta mañana unas cuentas más propias de un fin de ciclo que de un final de mandato, dadas las incertidumbres que se ciernen sobre la economía en general y las cuentas públicas en particular a partir de mayo.

Las cuentas ascienden a 151 millones de euros, de los que 141 (un 6% más que en 2022) corresponden a la Corporación provincial y el resto a organismos como Gestalba, el Instituto de Estudios Albacetenses, el ITAP y Fundescam.

La cifras más llamativa de entre todas las expuestas por el vicepresidente y portavoz del PSOE, Fran Valera, es el nivel excepcionalmente bajo de deuda: 2,5 millones de euros, más de un 90% inferior a los 40 millones de euros que había en 2015.

Con estos mimbres, Valera expuso unas cuentas en las que 63,5 millones irán a gastos de personal, 18 millones a gasto corriente, sólo 60.000 euros a gastos en intereses financieros, 21 millones a transferebcias corrientes y 34 millones a inversiones, la cifra más elevada en toda la historia de la Corporación.

Pero, en un ejercicio de realismo, Valera renoció no saber "cuánto tiempo se podrá mantener" este ritmo de inversión, de nada menos que el 25% del total, ya que las condiciones que lo hacen posible podrán cambiar en un futuro cercano.

Entre esas condiciones, destacó el mantenimiento -o no- de la suspensión de la regla de gasto por parte del Estado, de la llegada de fondos europeos y de la incertidumbre económica que lastra el gasto y la contratación pública.

Pero hubo otros motivos por los que el Pleno tuvo un aire de fin de ciclo. El más importante de todos, la jubilación del interventor de la casa, Manuel González Tébar, quien contó con el agradecimiento público de todos los grupos.

También cabe destacar que la proximidad de las elecciones se dejó sentir y esta vez, a diferencia de los anteriores presupuestos, hubo un grupo que votó en contra de las cuentas: el Partido Popular, que no escondió su voluntad de volver a gobernar en el 'ayuntamiento de ayuntamientos'.

Lo que no cambió, a pesar de uno de los mandatos locales más intensos que se recuerdan, fue el ambiente de cordialidad y respeto mutuo entre todos los grupos, y en especial entre los respectivos portavoces del PSOE, PP, Ciudadanos y Unidas Podemos-Izquierda Unida.

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