Investigan un centro veterinario por la muerte de una perra

Josechu Guillamón
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Inicialmente estaba previsto que las autoridades judiciales entrarán hoy en la clínica para efectuar un registro de las instalaciones, pero ayer comunicaron que se realizará próximamente

Imagen de la perra fallecida. - Foto: F. M.

Hace aproximadamente 20 meses Felipe Merín García-Ochoa llevó a su perra More a operar a una conocida clínica veterinaria del centro de la ciudad por una infección de útero, sin embargo, la mascota perdió la vida un día después de la intervención. 

 Antes de decidirse a realizar esta operación una veterinaria empleada de la clínica le realizó una erogaría a la perra y le dijo a Felipe Merín que estaba siendo grabada para que la viera el veterinario propietario de la misma, ya que no se encontraba allí en ese momento.

A la espera de que el propietario de la clínica viera la prueba, la empleada que había realizado la ecografía afirmó que la infección era pequeña y se podía haber tratado con antibióticos, según asegura Felipe Merín.

Operación necesaria. Sin embargo, el dueño de la clínica le dijo a Merín que era necesario operar al animal. «Con respecto al riesgo de la operación, me dijo que era mínimo y que había realizado más de 2.000 operaciones de este tipo y todos los animales salieron bien». 

 También tras el fallecimiento de la perra el veterinario le explicó que durante la operación no tenían respirador, porque se lo habían entregado al Sescam, algo que Merín no entiende, porque cree que se debería haber esperado a tenerlo de nuevo. Tras lo sucedido, Felipe Merín comenzó a sospechar que el veterinario sólo había buscado obtener el máximo beneficio económico. «Creo que él fue buscando el dinero, porque el antibiótico costaba cinco euros y la operación 800 euros». 

 Por eso decidió pedir al veterinario, M.A.L.C., un informe sobre la asistencia prestada al animal así como la entrega de los elementos materiales utilizados para el diagnóstico (resultados analíticos, ecografías, etcétera), con el fin de consultar a otros veterinarios. Sin embargo, el veterinario nunca entregó las ecografías.

Tras poner una demanda en consumo y pedir una junta arbitral y acudir al Colegio de Veterinarios tampoco lo consiguió, por lo que decidió presentar una denuncia en los juzgados. «El Juzgado le requirió al veterinario en cinco ocasiones que entregara la ecografía, pero este solo entregaba informes ecográficos». «Han estado en mí contra el Colegio de Veterinarios y los peritos de dos aseguradoras de responsabilidad civil diciendo que todo lo que ocurrió estaba bien, sin ver ninguna prueba, ósea, protegiendo al veterinario».

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