Una excelente novillada de Daniel Ramos deja cuatro orejas

Pedro Belmonte
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Las espadas impidieron principalmente que la tarde se saldara con mas trofeos, con una para Mazo y Quesada otra para el toledano Dasilva y una más para el malagueño El Gali

Una excelente novillada de Daniel Ramos deja cuatro orejas - Foto: Rubén Serrallé

Una gran novillada envió el castellonense Daniel Ramos hasta Albacete, con desigualdad en la presentación, pero con un denominador común, casta, nobleza y bravura, a excepción del cuarto, que fue manso, aunque tuvo posibilidades hasta que decidió rajarse. Las espadas no funcionaron, lo que alargó mucho la duración de la novillada, que casi cumplió las tres horas a pesar de ser sin picadores. Buen tono tuvieron las faenas de los tres albacetenses, Pedro Monteagudo no acertó con la espada y tanto Francisco José Mazo como Alejandro Quesada, se tuvieron que conformar con una oreja por coleta, ya que con mayor acierto en la suerte final, tampoco pudieron redondear para poder salir en hombros.

Abrió plaza el valenciano Javier Camps, con un novillo muy dulce y templado, con el que estuvo aseado y en momentos con desmayo, pero la tizona no entró y necesitó de numerosos pinchazos antes del descabello, escuchando tibias palmas.

Emotiva fue la faena de Monteagudo, que brindó a su padre al cielo, recientemente fallecido, y la banda de música tuvo el detalle de arrancar en el primer muletazo, en homenaje al progenitor del novillero. Faena de buena compostura, a un novillo encastado y bravo al que pudo someter por abajo, llegando con fuerza al tendido. La espada, con aviso incluido, dejó todo en una cerrada ovación. El tercero se abría en cada pase, que se sucedieron templados y con ligazón y mano baja, a lo que respondió el de Daniel Ramos, cuajando una faena con momentos de buen toreo. Una estocada y dos descabellos dejaron el premio en una solitaria oreja.

El manso se lo llevó Alejandro Quesada quien, mientras duró el animal antes de rajarse, pudo cuajarle algunas tandas de mucho mérito, ya que embestía con violencia. Una estocada trasera y descabello, dio lugar a una oreja. El toledano Oscar Dasilva puso banderillas con irregular acierto, a un novillo bravo y noble con el que sobresalió el toreo al natural. Cortó una oreja. Cerró plaza el malagueño El Gali, con otro buen novillo, al que le cuajó algunas tandas meritorias por los dos pitones, aunque abusó del toreo en línea recta. Otra oreja.