La zona 0 del virus en España

Agencias
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Una investigación financiada por el Instituto Carlos III y el CSIC estudia si la COVID-19 comenzó en Valencia, como prueba el primer fallecido, y cuál fue su expansión por el país

La zona 0 del virus en España - Foto: OLI SCARFF

Es una de las grandes incógnitas del coronavirus en nuestro país:cómo llegó a España y se expandió por todo el territorio. Ahora, un  proyecto liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que estudia el genoma del SARS-CoV-2 en 20.000 afectados, busca entender qué pasó en las primeras fases de la pandemia y responder a preguntas como cuándo llegó el coronavirus y cómo se extendió a las comunidades.

En el proyecto SeqCOVID, que cuenta con financiación del Instituto de Salud Carlos III (1.750.000 euros) y del CSIC (740.000 euros), participan medio centenar centros de investigación y hospitales de todo el país, cada uno de los cuales aportará entre 200 y 400 muestras de pacientes diagnosticados en sus unidades de microbiología clínica para que el virus sea secuenciado.

Iñaki Comas, del Centro de Biomedicina de Valencia (IBV-CSIC), es el investigador principal del estudio, que también codirige Fernando González, del Instituto de Biología Integrativa y de Sistemas (I2SYSBIO) del CSIC y la Universidad de Valencia (UV).

El proyecto, que tiene una duración de un año ampliable, ya se ha iniciado y, de momento, se han recogido cerca de un millar de muestras de pacientes, que serán secuenciadas en centros de investigación como Fisabio en Valencia o en los propios hospitales. En un mes, deberá elaborarse un informe acerca de por dónde entró el virus.

El investigador principal explica que las muestras se escogerán entre los primeros pacientes que sufrieron la enfermedad y con fecha inmediatamente después al 13 de febrero, día en el que falleció en el Hospital Arnau de Vilanova de Valencia el primer paciente, que se conozca, con COVID-19.

«Estamos intentando conseguir una muestra de este primer diagnosticado, pero el resto de ellas, por defecto, tiene que ser de después de la fecha de su muerte», señala Comas. El doctor también destaca que «es pronto para saber» si el virus ya estaba aquí en diciembre, aunque estima que es «poco probable, y si lo hizo, no fue hasta más adelante que consiguió establecerse».

Según Comas, un primer objetivo de la investigación está relacionado con la epidemiología y pretende entender qué es lo que pasó en las primeras fases de la pandemia, en «esta primera ola de la que supuestamente estamos saliendo».

«Queremos ver cómo llegó el virus a España, por cuántas rutas lo hizo y cómo se expandió, cómo se estableció en el espacio y el tiempo, y por qué lo hizo de forma más fuerte en unas regiones que en otras, cómo ha ido evolucionando en el tiempo y cómo han afectado a la movilidad del virus medidas como el confinamiento», afirma.

Comparando las diferencias genéticas entre los genomas de los patógenos de los pacientes «podemos trazar esa transmisión dentro y entre comunidades y ver si se puede asociar a algún factor de riesgo», lo que permitirá, en futuros rebrotes del coronavirus, controlar esos elementos y mejorar la manera de actuar.

Un ejemplo es que ahora «sabemos que hay que controlar muy bien las residencias de mayores. Si al principio de la epidemia hubiéramos sabido que en ellas había mucha transmisión, se habría actuado de manera diferente. El proyecto intentará identificar este tipo de factores y lugares asociados a transmisión».

Un esfuerzo global

El investigador considera que la aparición de este nuevo virus ha supuesto científicamente «un gran cambio» porque muchos laboratorios han girado sus estudios hacia el coronavirus para «intentar identificar todas las piezas del puzzle». «Hay un gran esfuerzo mundial», valora.

Pero también tiene su parte negativa, y es que se está «apartando la mirada» de otras patologías y dolencias que investigaban muchas farmacéuticas y, por ello, cree que en algún momento «habrá que encontrar un punto intermedio».

«Ahora mismo, está claro que la alerta sanitaria es el coronavirus y en ello estamos muchos, pero poco a poco tendremos que acordarnos de que hay otras enfermedades que requieren también atención investigadora», asegura.

Comas asegura que aunque disponen de financiación para un año, después del cual se pueden pedir extensiones, su objetivo no es solo que se conozca lo que ha pasado, sino aplicar este plan «en tiempo real si vienen futuros rebrotes».

«Pero ha habido un recorte en la financiación que propusimos y ya veremos si se llega a todo», lamenta el especialista, que añade: la partida aportada por el Instituto de Salud Carlos III y el CSIC es elevada para los estándares españoles, pero «sigue siendo menos de lo que estábamos buscando. Con este dinero podemos hacer muchas cosas, pero no todas las que teníamos en mente».