«Con la reforma notaríamos un cambio de tendencia en un año»

L.G.E.
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El secretario general de CCOO en la región mira con atención lo que hagan los políticos en el Parlamento: «Me preocupa que alguien, con buena voluntad o sin ella, lo que pretenda es romper el equilibrio del acuerdo»

«Con la reforma notaríamos un cambio de tendencia en un año» - Foto: Javier Pozo

Los viajes en el tiempo tienen su peligro. El secretario general de CCOOen Castilla-La Mancha, Paco de la Rosa, advierte de que «no podemos pensar en mirar el siglo XXI con un mercado laboral del siglo XIX». Como decimonónico se refiere al mercado laboral que trajo la reforma de 2012. Por eso reivindica el acuerdo que se ha alcanzado entre sindicatos y patronal para darle un giro. Retrocediendo hasta el siglo XX, dice que no hay otra reforma laboral que viniese a recuperar derechos de los trabajadores desde de la Transición. «Algunos casi nos cortaríamos las venas por tener el Estatuto de los Trabajadores del 82», bromea con cierta nostalgia.

La reforma laboral se empezó a abordar en 2018. ¿Qué no sabemos los ciudadanos de toda la historia que hay detrás de este acuerdo?

Para CCOO y UGT era una asignatura pendiente. Estábamos convencidos de que la reforma de 2012 iba a hacer mucho daño. El azote de la crisis de 2008 se estiró prácticamente durante una década y lo que hizo fue configurar el mercado de otra manera. Cuando tuvimos a alguien que quiso en serio sentarse para discutir sobre los elementos a discutir sobre la reforma, empezamos a hacerlo

«Con la reforma notaríamos un cambio de tendencia en un año»«Con la reforma notaríamos un cambio de tendencia en un año» - Foto: Javier PozoFue en 2018, con aquel entonces la ministra paisana nuestra de Guadalajara, Magdalena Valerio. Que después hayan pasado tantos años, tiene mucho que ver con la fatal casualidad de que se nos cruzara por medio una pandemia y el equilibrio frágil que hizo que se tuvieran que celebrar varias elecciones. En 2018 estaba bastante bien perfilado –aunque seguramente no tan extenso como lo que hemos firmado en la actualidad– ya estaba encima de la mesa, incluso con el propio consenso de la patronal. Ha habido una responsabilidad que seguramente los ciudadanos no podían imaginar también de la parte empresarial. Ellos, aunque incómodos en algunos momentos de la negociación, era conscientes de que era necesario modernizar, actualizar y modificar cuestiones esenciales. Basar el crecimiento empresarial e incluso el propio crecimiento económico de un país en la precariedad laboral y la disminución sustancial del salario es algo que no parece que vaya apuntar mucho hacia el futuro. 

El diálogo social ha servido y sirve. En esta ocasión sirve por primera vez desde que tengo conocimiento para recuperar derechos, es la primera reforma laboral en que se recuperan derechos.

Dice que es casi la primera reforma que recuerda que recupera derechos ¿hasta dónde hay que remontarse? 

Aquí los astros se han combinado de tal forma que tenemos el primer Gobierno de coalición desde la Segunda República y creo que la primera recuperación de derechos desde la Transición, desde la firma del Estatuto de los Trabajadores, que se hizo contando con los agentes sociales y con consenso generalizado.

¿Los trabajadores de qué sectores se van a beneficiar más de los cambios de esta reforma para que haya más contratos indefinidos?

El contrato por obra y servicio se ha generalizado de tal forma, que creo que no había sector productivo en este país que no tuviera ese tipo de contratos. Tenemos que dejar claro que hay sectores en los que la estacionalidad es una realidad, no es necesario hablar de contratos de obra o servicio, sino de contratos temporales o estacionales, por ejemplo en las actividades agrarias. La contratación no puede ser en muchos casos por tiempo indefinido, aunque sí podría ser fijo–discontinuo, porque en muchas ocasiones el llamamiento es prácticamente cierto. Se ha reforzado esta figura para que las personas también puedan tener cierta estabilidad a la hora de saber en qué período del año van a tener trabajo. 

También se ha hecho una matización especial en la construcción. Lo que hemos hecho es crear un contrato específico, pero que en principio también se entiende como indefinido. Se tendría que demostrar cuando finaliza la obra es que no hay continuidad porque si la hay, se le tiene que ofrecer al trabajador, incluso con la posibilidad de adaptar su trabajo si tiene peculiaridades diferentes, pasar de poner ladrillos a ser gruísta, transporte de materiales.

Quitando esas excepciones en las que se puede entender que la temporalidad tiene una justificación, en el resto de sectores antes el contrato por obra y servicio se generalizaba y todo esto se aderezaba con una maquinaria perfecta. Llevaban a los trabajadores a una subcontrata, les hacían un convenio y por lo tanto los trabajadores estaban en precario. Al desmontar las dos cosas, una que el contrato por obra y servicio ya no existe y que esa empresa no puede tener un convenio que no sea el del sector, lo que hacemos es eliminar una parte importantísimo de la precariedad.

Para esas campañas agrarias o para las temporadas de turismo o comercio ¿con esta reforma se tiene que tender a fijos–discontinuos o se puede seguir con temporales?

Ahora no tenemos un contrato temporal a la carta. Ahora tenemos un contrato indefinido y luego una serie de excepciones para períodos de punta de productividad o situaciones concretas que han de ser explicitadas. Pueden tener duraciones de hasta 90 días o hasta seis meses. En más de 24 meses, un trabajador no podría estar más de 18 meses trabajando, a partir de ese momento sería un contrato indefinido. 

El encadenamiento de contratos temporales conllevaba una conflictividad brutal, nosotros hemos tenido casi 15.000 consultas anuales, más de 5.000 pleitos al año y no menos de 500 movilizaciones como consecuencias directas de esta cuestiones. Ahora lo que vamos a tener que acostumbrarnos todos es que cuando tengas un puesto de trabajo indefinido, hay que tener un contrato indefinido. Que si el trabajador no trabaja bien, nada les impide a las empresas que hagan un despido disciplinario.

Cuando se presentó el contrato de obra y servicio en su día nadie avisó de que luego se usaría para casi todo ¿Qué mecanismos habrá para detectar resquicios? 

Los mecanismos que se establecen, que vienen en la letra pequeña, dicen que tendrá un papel más relevante, tanto la autoridad laboral como la Inspección del Trabajo. Va a ser mucho más fácil detectar que existen irregularidades en la contratación porque se acortan los plazos y va a ser muy evidente cuando una empresa esté estirando por encima de lo normal esos contratos temporales que no pueden durar nada más que un tiempo determinado y atendiendo circunstancias muy específicas

¿Cuándo se empezarían a notar los efectos de esta ley en el sentido de que haya más contratos indefinidos o se facilite la negociación colectiva?

Si se aprobara en los plazos que vienen determinados en el Real Decreto, sería un mes después de su ratificación definitiva. Existe cierta transitoriedad en algunos de sus aspectos más importantes, por lo tanto no sería hasta marzo cuando empezarían a operar algunos de estos elementos para permitir que se vayan ajustando en el seno de las empresas. Creo que seguramante de manera muy clara a finales de este año podríamos notar muy claramente este cambio en tendencia, cuando hayan transcurrido en torno a diez meses. Eso será motivo de celebración.

Los ERTE ya existían en la anterior reforma laboral, ¿qué se incluye en el nuevo texto para que no sean una excepción y se prioricen a los ERE?

En principio será la primera opción: sostener a la empresa amortiguando los efectos negativos que coyunturalmente o sectorialmente se puedan producir. ¿Qué es lo que cambia? Lo que cambia es que anteriormente los ERTE iban a coste del propio empresario y el trabajador y ahora hay un mecanismo que soporta esa situación de manera compartida con el Estado, que lo que va a hacer es pagar unas prestaciones al trabajador que se encuentre en un ERTE sin que eso suponga que ese trabajador vaya a consumir las prestaciones por desempleo a las que vaya a tener derecho. Las empresas tendrán beneficios en cuanto a la cotización. De lo que se trata es de que, con el menor coste posible, las empresas puedan mantener ese hilo de vida para poder revitalizarse posteriorrmente la actividad habitual.

Las negociaciones implican ceder ¿en qué lo ha hecho CCOO?

Nos hubiera gustado definir mucho más las circunstancias de los contratos temporales, incluso ahondar más en la indefinición de los contratos . Sobre todo que hubiera mucha más carga fiscal por parte del Estado del control de la contratación y crear comisiones ad hoc para hacer barridos en el mercado laboral en cuanto a las contrataciones que se hacen. Nos hubiera gustado tener más mecanismos de control para todo esto. Hay quien critica esta reforma diciendo: 'no habéis hablado nada del despido'. Yo no quiero esconder nada. Seguramente el abaratamiento del despido favorece poco que las empresas se empeñen en mantener a sus trabajadores en sus puestos de trabajo. Pero la negociación de la reforma laboral es dinámica y de las cuestiones que aún están encima de la mesa, se seguirá hablando. 

¿Y en qué cree que le habría gustado llegar más lejos a la patronal?

A la patronal le hubiera gustado tener mayor flexibilidad en la contratación. No lo he hablado esto tete a tete con Garamendi, pero estoy absolutamente convencido de que un mercado laboral más flexible en principio siempre a ellos les suena mucho mejor, igual que poder establecer esa articulación de convenios en el ámbito empresarial, que es algo que siempre han visto como positivo. 

¿Es una preocupación real que no pueda salir adelante en el Congreso? ¿O que por la búsqueda de apoyos se hagan modificaciones que pongan en riesgo el acuerdo alcanzado entre sindicatos y patronal?

A mí me preocupa más eso, que alguien con buena voluntad o sin ella lo que pretenda es romper el equilibrio del acuerdo. Ni siquiera siendo más beneficiado en las cuestiones modificadas en el Real Decreto, no sé si a mí me compensaría si eso conllevase la salida del acuerdo de la propia patronal. Yo me sentí muy agraviado cuando se hizo la reforma a espaldas de los trabajadores. No hay que romper en ese trámite parlamentario el acuerdo que se ha suscrito entre las dos partes.

 

Las tres claves para De la Rosa: contratos indefinidos, convenios sectoriales y ERTE

De la Rosa destaca tres elementos fundamentales que trae esta reforma laboral. «Nos hemos querido centrar en buscar la estabilidad en el empleo», apunta para explicar el primero. Recuerda que «el principio general que rezaba nuestro Estatuto de los Trabajadores es que un contrato se presume indefinido de por sí y es solo la excepcionalidad la que hace que esos contratos tengan una duración determinada». Apunta que la reforma de 2012 «lo que hizo fue justo darle la vuelta, prácticamente casi siempre se presuponía que los contratos tenían carácter temporal». Da algunos datos para mostrar lo que ha pasado, como que el 92% de los contratos que se realizan son temporales, casi la mitad apenas duran 15 días y la media de contratos que se realiza a un trabajador en este país oscila entre cinco y siete contratos al año. La nueva reforma incide en que «una persona en un puesto de trabajo indefinido, tiene que tener un contrato indefinido» y a su vez se reducen los contratos de carácter temporal. El ejemplo más claro es que se elimina el contrato por obra y servicio, «que era en sí mismo un foco de fraude permanente», asegura De la Rosa. «Lo que hacemos es eliminar ese tipo de contratos y crear contratos que se ajusten a la temporalidad y estacionalidad, con duraciones que podrán llegar hasta los seis meses o noventa días», apunta. Añade que la negociación colectiva puede acordar «algunas pautas excepcionales». 

«Los convenios de empresa nunca podrán situar niveles salariales o jornadas por debajo de los límites de los sectoriales»

La segunda de las claves que da De la Rosa sobre la reforma tiene que ver con la negociación colectiva. «Si algo hizo de manera intencionada la reforma laboral de 2012 fue eliminar el equilibrio que había en la negociación colectiva entre trabajadores y empresas», expone. El secretario general de CCOO explica que eso se hizo al establecer que «los colectivos de empresa son prevalentes sobre los sectoriales, de ámbito provincial, regional o estatal». Señala que con esta fórmula el trabajador salía perdiendo:«No es difícil adivinar que cuando lo que se firma es un convenio de empresa, la debilidad del trabajador para negociar su convenio es muchísimo mayor». Reconoce que hay excepciones «de grandes empresas con larga trayectoria en materia de negociación», pero que lo habitual era utilizarlo «para rebajar sustancialmente las condiciones salariales de los trabajadores en esos convenios de empresa». El nuevo texto da un giro de 180 grados: «La prevalencia será siempre la del convenio sectorial, frente al de empresa». Explica que esta modificación hará que «cualquier empresa puede tener la capacidad de formar un convenio, pero en cualquier caso nunca podrá situar niveles salariales o jornadas anuales por debajo de los límites en los convenios sectoriales». Por tanto, «se podrán articular, mejorar, adaptar las condiciones del convenio sectorial al convenio de empresa, pero siempre y cuando eso no vaya en detrimento de las condiciones más esenciales que puede tener un trabajador: su salario y su jornada».

«Para España ha sido clave hacer miles y miles de ERTE, que lo que han hecho es que las empresas no desaparezcan»

El secretario general de CCOO señala que la tercera pata de la reforma laboral quizá sea menos conocida: «Tiene que ver con algo en que los sindicatos no hemos tenido ningún problema en entrar, aunque pudiera parecer lo contrario, y es la flexibilidad interna en cuanto a los ceses temporales de actividad por circunstancias especiales». Se refiere a la fórmula del ERTE, una de las lecciones que ha dejado la pandemia: «Para España ha sido clave y esencial hacer miles y miles de ERTE, que lo que han hecho es que las empresas no desaparezcan». Defiende que de esta forma «no solo hemos protegido a los trabajadores, que han estado cobrando su prestación, que no han agotado prestaciones de paro» y además «su empresa ha seguido viva». De la Rosa está convencido de que «recuperar la economía en esta pandemia con una política similar a 2008, hubiera sido destruir miles y miles de empresas y dañar de manera casi irreparable la economía de este país». Apunta que no está siendo así y que por eso se puede hablar de niveles de empleo que superan los de 2008 o ver un crecimiento del PIB al ritmo de un 5%. A tenor de esta experiencia, indica que «eso es algo que teníamos que plasmar también en el propio Estatuto de los Trabajadores, para poder tener esa flexibilidad interna, bajo circunstancias excepcionales, sean coyunturales para la empresa o estructurales para el sector y tengamos ese mecanismo de ERTE en red».