El barrio San Pablo celebró ayer el Via Crucis viviente

Redacción
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Decenas de personas en el silencio de la meditación y la contemplación acompañaron los misterios de la pasión y muerte de Cristo

Jesús, cargado con la cruz.

El barrio de San Pablo de la capital albacetense celebró ayer el Via Crucis viviente, en el que decenas de personas en el silencio de la meditación y la contemplación acompañaron los misterios de la pasión y muerte de Cristo.

Un silencio roto por el sonido del tambor de miembros de la Cofradía de la Magdalena. Realismo, oración y contemplación en las calles del barrio de San Pablo en la mañana del Viernes Santo, con un Via Crucis que tenía como temática de fondo la celebración del Sínodo en la Iglesia, una llamada a caminar juntos como creyentes y como Iglesia.