La plataforma taurina TSC se ve desbordada en su recogida

Francisco J. Martínez
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Por segundo día, voluntarios de También Somos Cultura abrieron la Puerta Grande de la plaza de toros para que la ciudadanía pudiera llevar ropa, medicamentos y alimentos para los refugiados ucranianos

La Plataforma Taurina También Somos Cultura volvió a la Puerta Grande de la plaza de toros de Albacete por segundo sábado consecutivo. Los voluntarios recogieron centenares de donaciones de ciudadanos anónimos que quisieron aportar ropa, medicamentos y alimentos no perecederos para paliar la situación que viven miles de refugiados ucranianos, que abandonan su país por la invasión de las tropas de Rusia. Esta ayuda será canalizada a través del colectivo de ucranianos que reside en la provincia y de la embajada de Ucrania en España. En estos dos días de recogida, la Plataforma Taurina También Somos Cultura se vio desbordada por la buena acogida demostrada por los albacetenses, que superaron todas las exceptativas de los organizadores.

El próximo sábado, la plataforma También Somos Cultura volverá a instalarse en la Puerta Grande de la plaza de toros de Albacete, de 10 a 14 horas, para continuar con la recogida de productos. La plataforma hace un llamamiento de que no es necesario aportar más ropa, por lo que la ayuda tendrá que centrarse más en medicamentos y alimentos no perecederos, que es lo que más escasea y es más necesario en el país ucraniano.

Rafael Sánchez, uno de los portavoces de la plataforma taurina, manifestó su "satisfacción por la solidaridad de los albacetenses" y quiso poner de relieve que "hechos como esta recogida demuestran que la tauromaquia es un colectivo de lo más solidario que hay en España y que da la cara cuando más se necesita".

Hay que recordar que la Plataforma Taurina También Somos Cultura comenzó sus acciones solidarias en el pasado mes de noviembre, en días previos a la celebración del festival taurino benéfico en favor de la Institución Sagrado Corazón de Jesús, popularmente conocido como Cotolengo. En aquella ocasión recogió más de 4.000 kilogramos de alimentos que fueron directos a la despensa del comedor benéfico que posee el Cotolengo.